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Regular la eutanasia, un camino espinoso

El Congreso sigue evadiendo la orden de crear un marco jurídico para garantizarla. Procurador, Minsalud, senadores y expertos muestran lo difícil que sigue siendo poner este tema sobre la mesa.

Redacción Salud
06 de agosto de 2015 - 02:33 a. m.

“Mi papa debió morir el 26 de junio a las 6:30 de la tarde, pero después de los contratiempos finalmente se fue hace 32 días, a las 9:33 de la mañana. Si no le hubieran garantizado la eutanasia, hoy estaría cumpliendo 32 días más de sufrimiento”, dijo ayer Julio César González, Matador, durante un foro público convocado por la Fundación Buen Gobierno sobre el tema de la muerte digna.

El caso de su papá, Ovidio González, la primera persona que murió en Colombia haciendo uso del nuevo protocolo del Ministerio Salud para practicar eutanasias, volvió a detonar en el país un debate que sigue inconcluso.

Aunque existe esa guía que fue redactada por el Minsalud por mandato de la Corte Constitucional, el derecho que tienen los colombianos a morir dignamente sigue sin tener un marco regulatorio aprobado por el Congreso de la República.

Por eso ayer, durante el foro “Eutanasia en Colombia: ¿verdadero derecho?”, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, insistió en que el Congreso no puede seguir aplazando el tema, “nosotros cumplimos con regular el derecho a la muerte digna. Lo que queremos ahora es que el Congreso la regule. Eso le da mayor legitimidad”, dijo el ministro

“Este es un debate sobre el que hay que andar con prudencia”, dijo Jaime Arrubla, expresidente de la Corte Suprema de Justicia y quien vivió de cerca el drama de su esposa Consuelo Devis, quien vivió durante 14 años en un coma profundo. “La sociedad se va preparando para tener este tipo de debates. Ya llevamos 18 años desde que la Corte realizó sus primeras reflexiones y ahora, con la aparición de la resolución del Minsalud y la firma de leyes como la de cuidados paliativos, el plato está servido. Quizá es el momento de aterrizar el tema. Todos tendremos que afrontar la muerte. Ese momento debe estar caracterizado por la dignidad. No se puede confundir la vida con la subsistencia”, dijo el exmagistrado.

En el mismo sentido el senador Armando Benedetti, quien ha fracasado en su intento por llevar al Congreso el debate de esta regulación, afirmó que mientras hace unos años la eutanasia era vista en Colombia como sinónimo de “homicidio”, ahora las encuestas realizadas a los colombianos apuntan a que más del 60% avalan el tema. Es un asunto que ya puede abordarse para avanzar. “Pero mis compañeros del Congreso le siguen teniendo pánico a la Iglesia. Entonces el debate se cierra en que la eutanasia va en contra de la ley natural y la ley de Dios”.

Este último argumento sigue estando presente en el discurso de opositores a la reglamentación de la muerte digna, como es el caso del procurador de la Nación, Alejandro Ordóñez, y de congresistas como David Barguil (Partido Conservador) y María Rosario Guerra (Centro Democrático), quienes participaron del foro.

Para Ordóñez, una regulación del la eutanasia, “unida a la debilidad de nuestro sistema de salud y a la poca consideración que tienen los colombianos sobre los límites de la ley”, podría provocar un incremento masivo en la petición de estos procedimientos como, según él, ha ocurrido en otros países. Postura que apoya la congresista Guerra.

“Desde 2013 la asociación de médicos de Holanda aboga para que se les pueda practicar la eutanasia a niños menores de 12 años. Dicen que de los 175.000 niños que nacen al año en ese país, unos 650 podrían ser beneficiarios. Entonces al mundo le va a tocar acostumbrarse a ver ejecuciones masivas. El año pasado, 300 campesinos en India pidieron la eutanasia porque perdieron las cosechas y no podían con los créditos de los bancos. ¿Qué pasaría si la sociedades avanzadas aceptan este tipo de eutanasias masivas?”, dijo el procurador, para quien ese procedimiento no puede ser visto como un derecho.

“Si aceptamos que el respeto por la vida es un derecho y un deber del Estado, por fuerza se debe aceptar que quitar la vida, por las razones que sea, es una injusticia”, dijo Ordóñez.

Por su parte, Barguil, presidente del Partido Conservador, criticó que los defensores de la eutanasia, como Armando Benedetti, redujeran los argumentos de los opositores a una defensa de lo religioso. “A mí me preocupa enormemente que la eutanasia se convierta en un incentivo para que el sistema de salud les niegue todos los cuidados paliativos a los enfermos terminales, vendiéndoles la idea de que la eutanasia es el camino más fácil. O qué va a pasar con los pobres que no tienen acceso a estos cuidados para aliviar el dolor, ¿la eutanasia va a ser la única alternativa para los pobres? La eutanasia puede deshumanizar la familia, puede deshumanizar la labor del médico que hizo una promesa para combatir el dolor y para salvar vidas”, dice Barguil.

Con el debate abierto y la diferencia entre posturas, lo que queda claro es que la esperada reglamentación de la muerte digna por parte del Congreso se seguirá demorando, a pesar de que cientos de pacientes y médicos exigen mayor claridad en los protocolos.

Por Redacción Salud

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