La bogotana Anabell González llegó a España en febrero de 2006 porque su contrato de trabajo en Colombia había acabado y por un denominado “arranque” de experimentar algo nuevo. En Bogotá era voluntaria de la Fundación Bella Flor en la localidad de Ciudad Bolívar, en donde apoyaba el programa de desarrollo integral de niños entre 3 y 15 años de los barrios Bella Flor y Paraíso.
Al llegar a la madre patria quiso continuar con su deseo de brindar ayuda y apoyar causas sociales y para lograrlo, un amigo de su familia le presentó a Cristina Álvarez, directora de la Asociación Conexión Colombia Iberoamérica (ACCI), quien le dio a conocer las maneras de colaborar con Colombia desde Madrid.
En junio de ese mismo año ya hacía parte de Conexión con pequeñas labores de voluntariado como conseguir donantes y realizar visitas a ferias para inmigrantes, las cuales buscaban el acercamiento de colombianos residentes en Madrid para impulsar entre ellos donaciones en la plataforma de Conexión Colombia. También apoyaba la logística de Compromiso Madrid, una iniciativa que promueve las donaciones de residentes en España para financiar proyectos sociales en Colombia y disminuir la pobreza.
Para Anabell el papel como voluntaria fue una experiencia fabulosa y su responsabilidad, así como sus ganas de ayudar, la llevaron a hacer parte del Centro Hispano Colombiano, uno de los centros de participación e integración de inmigrantes (CEPI), dentro del cual funciona la “Escuela Integradora”, un programa de responsabilidad corporativa de la empresa Orbitel Comunicaciones Latinoamericanas, creado por la Fundación Altius-Universidad Francisco de Vitoria.
A través de este proyecto se ofrece a los padres trabajadores un servicio gratuito de cuidado para sus hijos en la jornada post escolar. Después de las 5 de la tarde los pequeños, en su mayoría de origen peruano, marroquí, colombiano, español y ecuatoriano, reciben orientación para el desarrollo de tareas escolares, manualidades, títeres y motivación a la lectura por medio de literatura infantil.
Cuando Anabell llegó a trabajar en este programa quiso darle un plus: que los niños además de recibir atención, cuidado y desarrollar sus objetivos académicos, conocieran su cultura y no perdieran sus raíces. Se iniciaron entonces jornadas de cuentería en las que con un tema cultural como eje central del taller, se desarrollaba un cuento de un determinado país y alrededor de él, actividades para que el menor identificara y conociera sus rasgos culturales.
Durante los cuatro años en Madrid Anabell llegó a coordinar el programa infantil hasta que viajó a Alemania y Eduardo Plata quedó a cargo de “Escuela Integradora”. Desde Bonn continuó como voluntaria virtual en temas de comunicación en el área de noticias, de la mano de la entonces directora de la página de internet de Conexión Colombia, María Fernanda Moreno, y luego de dos años en esta ciudad volvió al país.
Anabell González nunca pensó que su denominado “pasatiempo” de colaborar y prestar servicio social se convertiría en su razón de ser durante su estadía en el exterior. De vuelta a Bogotá, esta abogada y politóloga realiza Consultoría en Monitoreo y Evaluación de Proyectos y sigue conectada con trabajos de voluntariado en Conexión Colombia gracias a los fuertes lazos de amistad y responsabilidad social que forjó con Cristina Álvarez.
La labor de Anabell González demuestra el valor que tiene comprometerse con causas sociales y brindar un servicio desde las capacidades que cada ser humano posee. Emprendimiento, ejemplo y solidaridad son sinónimos del trabajo de Anabell, un donante activo de Conexión Colombia que construye futuro al colaborar con el país y dejar claro que es posible y necesario hacer más por quienes lo necesitan.
Por Conexión Colombia, para Soyperiodista.com