Publicidad

La debacle de los oráculos

Todos. Las encuestas. Los analistas. La gran mayoría de los medios. Y con ellos, una opinión pública que confía en que los demás hagan bien su trabajo. Las predicciones fueron una debacle. Un verdadero fiasco.

Por Elsa Tobon, colaboradora de Soyperiodista.com.
15 de noviembre de 2012 - 11:16 p. m.
Rockaway, devastada por 'Sandy'.  / Rodrigo Restrepo.
Rockaway, devastada por 'Sandy'. / Rodrigo Restrepo.

Con el pulso agitado, sintiendo el peso de las horas, muy ocupada, casi ni me di cuenta que eran las 9 pm y se cerraban las urnas en Nueva York. En otros estados claves se habían cerrado más temprano y aproveché, antes de hacer el reporte de mi trabajo, para conectarme a través del teléfono en búsqueda de resultados. Obama tenía 243 votos seguros, solo necesitaba 27 para asegurar la mayoría. Nada, solo presunciones con resultados mixtos y mi coordinador indio diciendo que no podíamos irnos a casa hasta tanto no llegaran los técnicos a contar los votos de los dos ‘scanner’ que dejaron de funcionar en medio de la jornada, dejándonos en poder de uno solo.

A las 10:15 accedió a que algunos, sin nada que ver con el conteo, nos marcháramos. A las 10:36 supe que los 4 votos de New Hampshire eran del presidente, quien lideraba Ohio y Florida. A las 11:15, que había ganado los 13 votos de Virginia, los 9 de Colorado e iba ganando en Iowa, Ohio y Wisconsin. 26 votos seguros y expectativas de más.

No necesitaba esperar más. Los noticieros tampoco. Obama era el ganador. Las predicciones de pérdida y/o empate habían sido derrotadas. Además, la propia cadena Fox aseguraba que Obama había ganado en Ohio y las caras de quienes estaban reunidos en el Centro de Convenciones de Boston para la gran fiesta de la victoria republicana lo decían todo: la derrota era tan grande como el dinero invertido para impedir la reelección.

¿Por qué se equivocaron tanto al pronosticar estos resultados?

Todos. Las encuestas. Los analistas. La gran mayoría de los medios. Y con ellos, una opinión pública que confía en que los demás hagan bien su trabajo. Las predicciones fueron una debacle. Un verdadero fiasco. Explicaciones y excusas van y vienen y hasta lograron tender una cortina de humo con el escándalo de los generales para evitar el análisis a que están obligados para con las bases, los oyentes y los lectores.

La gran mayoría se escuda en las encuestas. Respuesta pobre en su simplicidad. Los analistas están obligados a investigar quién hace la encuesta, que metodología se usa y a quién le sirve. Un solo ejemplo, ‘RealClearPolitics’, uno de los sitios de mayor consulta en Colombia, está ligado a los intereses económicos de los sectores más conservadores del país. Se fundó en el 2000 con el objetivo de dar noticias y análisis que reflejaran la diversidad ideológica. No obstante su fundador, John Mclntyre, explicó que se orientaría a desvirtuar los ‘prejuicios de los medios en contra de los conservadores y los cristianos”.

El 7 de noviembre del 2007 Forbes adquirió el 51% de su propiedad, lo que permitió su expansión y la creación ese mismo año de RealClearMarkets y RealClearSports. Los fundadores conservaron sus acciones y siguieron con el manejo, hasta que en noviembre del 2008 el presidente de Forbes ordenó que todas sus compañías online se combinaran, lo que incluía a Forbes.com, Investopedia, RealClearPolitics y sus 10 sitios online, incluyendo RealClearWorld, otro popular sitio de noticias políticas lanzado en el 2008., y a RealClearScience y RealClearReligion, lanzados en octubre del 2010.

La compañía Forbes y sus escritores ofrecen consejos acerca de inversiones en un programa semanal de TV Fox, ‘Forbes on Fox’ y ‘Forbes on Radio’. Son negocios relacionados y de capital especulativo sin ningún interés en la verdad ni en la claridad política. El prefijo ‘RealClear’ es solo un gancho para aparentar independencia. Por eso sus pronósticos en el 2008 se inclinaron hacia John MCain y en el 2012 hacia Romney, exponentes de las ideas conservadoras que ellos defienden.

La metodología es otro aspecto importante. No basta un mero promedio de los resultados de varias encuestas. Eso lo hace cualquier persona que sepa las operaciones matemáticas básicas. Es necesario complementar esos datos con la demografía, las encuestas relacionadas, la historia política, civica y de elecciones anteriores, así como lo expresado por los ciudadanos a través de los foros de opinión. Fue lo que le faltó a quienes se dedican a esta exigente tarea.

En cuanto a los analistas, se guiaron por los titulares y por noticias superficiales, con miradas parciales de la realidad y al parecer con el único ánimo de hacer crecer la expectativa para atraer usuarios. Esa postura no le sirve a la democracia. Solo le sirvió a los intereses económicos de quienes apoyaban la causa republicana, quiénes a estas alturas del partido tampoco tienen una idea clara de cómo ni de por qué perdieron.

Las caras largas, los gestos de incredulidad, las exclamaciones de “Imposible”, “nunca estuvimos tan cerca”, el estupor de los billonarios, copartidarios y simples peones de la campaña reunidos para la gran celebración en el Centro de Convenciones de Boston fueron solo opacadas por el pobre discurso de Romney. De tanto repetir la mentira sobre lo que el pueblo estadinense quería, él también la convirtió en verdad, en su verdad. Por eso se jactó diciendo que solo había preparado un discurso, el de la victoria. Por eso apareció en la red, por breves momentos, su nuevo sitio web explicando el camino que se abría ante nuestros ojos, con "un gobierno más pequeño, simple e inteligente", y dando los detalles para formar su equipo y hasta pidiendo vincularnos con su posesión a través de donaciones y/o trabajo voluntario.

De verdad fueron los dueños de la noche. Pero no por la fiesta y los juegos de pólvora frustrados. No por el triunfo que pretendían comprar. Lo fueron por la paliza que recibieron en las elecciones de Estados Unidos en el 2012, que no pudo ser más abrumadora ni contraria a las predicciones: el Presidente Obama obtuvo 332 votos del Colegio electoral, incluidos los de 7 ‘swing states’, entre ellos La Florida, contra 206 de Romney. Una diferencia de 126 votos. No el temido empate, menos la escasa ventaja.

Ah, y en cuanto al voto popular, que aún no tiene cifras definitivas, sigue creciendo a favor del presidente, con el 51% del mismo, es decir, 62’610.717 de votos en contra del 48% de Romney que equivale a 59’136.717 de votos. Una diferencia no tan pequeña, si se compara con las cifras de anteriores campañas: 3’474.000 a favor de Obama.

El por qué y cómo ganó el uno y perdió el otro es parte de otra reflexión. No hacerla ahora no impide concluir que, con toda razón, noviembre 6 del 2012 fue la debacle de las encuestas y los análisis.

Por fortuna no hice parte de ese grupo y acerté en mi pronóstico. Pero aclaro que mi único mérito fue leer notas y análisis que reflejaran diversos y hasta contradictorios puntos de vista, antes de tomar partido por los de Nate Silver, el criticado analista del blog 538 del NYTimes. Repito: el verdadero mérito reside en lo que él y su equipo hicieron. Me limité a confiar en ellos para reafirmar una victoria que vi y anuncié desde mayo del 2011, en una de mis notas sobre la muerte de Bin Laden.

Ni Nate Silver ni su equipo han dicho algo sobre el personaje del año. Yo insisto en que lo dicho: el Presidente Barack Obama es mi personaje del 2012.

Por Elsa Tobon, colaboradora de Soyperiodista.com. Nueva York.

Por Por Elsa Tobon, colaboradora de Soyperiodista.com.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar