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A dónde van los pilotos colombianos

Nuestros pilotos, en una exigencia inusual e inconstitucional que quebranta los derechos laborales garantizados en los tratados con la Organización Internacional del Trabajo se les exigen, unos requisitos que dependen de la voluntad de otro Estado.

Por Federico Santodomingo Zárate, colaborador de Soyperiodista.com
08 de febrero de 2013 - 08:54 p. m.
Federico Santodomingo / Federico Santodomingo
Federico Santodomingo / Federico Santodomingo

Nuestro país se caracteriza porque no se suelen sopesar las informaciones sino que como vecinos de barrio proleto, la prensa arma un escándalo, el cual a los quince días nadie habla más del problema. Uno de esos, shows mediáticos ha sido el de Argentina donde están concediendo licencia de pilotos con 20 horas de vuelo cuando en Colombia hay que realizar doscientos, con unos costos realmente exagerados.

Detrás de estas denuncias parece esconderse la competencia desleal sobre una escuela de aviación barranquillera que montó toldas en Bogotá. Sin embargo, la situación de los pilotos comerciales colombianos es preocupante. Justamente, el 14 de febrero del 2010, El Tiempo informaba sobre la captura de ocho aviadores capturados en la Operación Fronteras. Un verdadero drama humano.

0scar Naranjo, director de la policía, para esta época señalaba que aún faltaban otras capturas de esta red aérea que montaron los mafiosos. Muchas veces, debemos sufrir en carne propia los desmanes de las injusticias, para ser autoridades en el análisis de una situación como la vivida por esos jóvenes pilotos.

Como padre me he quedado quebrado pagando la carrera de piloto, a uno de mis hijos, quien por ilegalidades permitidas por las autoridades laborales, ahora no le permiten laborar, vivo esta desilusión y creo que puedo entrever, riesgosamente, que ha podido pasar sobre estos jóvenes, de una carrera tan elitista, para aceptar conducir aviones ilegalmente.

Por los diversos medios de comunicación se anuncia el nuevo cielo de este siglo como es la ya firmado TLC, pero para llegar a él primero debe crearse un infierno representado en el camino de las múltiples violaciones de derechos humanos.

Nuestros pilotos, en una exigencia inusual e inconstitucional que quebranta los derechos laborales garantizados en los tratados con la Organización Internacional del Trabajo se les exigen, unos requisitos que dependen de la voluntad de otro Estado.

Estos profesionales del aire para ingresar a trabajar en nuestras reconocidas empresas aéreas colombianas, estas les exigen tener visa norteamericana. A un joven quién le va creer en la embajada norteamericana que necesita la visa para poder emplearse en Colombia.

Y sin este documento, nuestros jóvenes pilotos, no lo logran emplearse en ninguna empresa. Tal como le ha pasado al piloto Federico Santodomingo, mi hijo, quien sobrevive desempleado porque al llegar a las compañías aéreas estas se los exigen. Será que en USA, les exigen visa colombiana a los pilotos norteamericanos. El Ministerio del Trabajo y Seguridad Social debiera pronunciarse a ese respecto.

Sin encontrar enganche laboral en su país, la oferta tentadora, que hace la mafia, por sus jugosas ganancias hace sus efectos nocivos en los jóvenes pilotos, muchos de los cuales terminan deportados a las terribles cárceles gringas. Y pensar que para ser extraditado no se necesita ni se exige la visa. Me imagino que algunos controladores aéreos también integrarán estas redes del sueño blanco. Para el diciembre del 2011, recibí una tarjeta de navidad del Sr Presidente de la República, le respondí con una misiva:

`En mi calidad de ciudadano colombiano, acudo a su corazón generoso para rogarle, colaborar a mi hijo Federico Santodomingo Payeras, quien terminó aviación comercial y no ha podido comenzar a trabajar después de dos años de obtener su licencia porque la embajada norteamericana le niega visa . No comprendo por qué esta condición en épocas de tratados de libre comercio. Mi hijo la necesita solo para trabajar, el no pretende irse para ese hermoso país sino que es una condición sinequanon de la empresas colombianas como requisito para trabajar como piloto. Estoy angustiado, quebrado, como padre de familia ,luchando por el destino mejor de uno de mis hijos y sin embargo veo con angustia como esta traba proviene del país de las libertades y las empresas colombianas frustren el destino de un joven serio, eficiente como demostró mi hijo durante sus estudios.´

Recuerden, estimados lectores cuando la famosa huelga estudiantil como el Presidente respondió a su sobrino Federico. Como en cualquier país del cuarto mundo, estos Federicos, padre e hijo no hemos recibido respuestas.

¿Para donde se irán entonces los pilotos colombianos?

 

Por Federico Santodomingo Zárate, colaborador de Soyperiodista.com

Por Por Federico Santodomingo Zárate, colaborador de Soyperiodista.com

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