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Petro y las drogas

Aunque avances recientes en neuroinvestigacion plantean el uso de dos sustancias conjuntas capaces de resolver la adicción a la cocaína pero desafortunadamente ello sucedió solo en dos inocentes Hamsters.

Por Alfredo Iván Niño Maldonado, colaborador de Soyperiodista.com
22 de agosto de 2012 - 06:35 p. m.
EL ESPECTADOR / EL ESPECTADOR
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El hambre celular por la sustancia en el consumidor es la llamada dependencia física que como el dolor ocurre por encima de la voluntad del sujeto ; por ello el sujeto es victima de su dependencia sin que pueda hacer más que volver a consumir para complacer a sus células neuronales habituadas a la liberación de sustancias placentogenas y al autocomplaciente circuito bioelectroquimico que se desencadenó cuando voluntariamente en algún momento de infortunio y curiosidad le dio al tio por consumir la sustancia de la que ahora es en cierta forma su victima.

Siendo inicialmente un consumidor voluntario, ya sometido por la adicción prácticamente es sujeto involuntario de ella y en mucho sentido también es inocente. Encadenado como Prometeo también un buitre le come sus vísceras, sin remedio o con un posible remedio que el Dr. Petro se ha atrevido a adivinar.

Plantea Petro la necesidad de crear consultorios para adictos o algo así, pero sin ser médico a Petro se le ocurre imaginar y decir uno de los tantos métodos que podrían paliar al adicto: Darle la sustancia, pero no avanzó, no explicó el cómo, ya que en cierta medida algunos medicamentos para sofocar la adicción son a su vez adictivos, es decir se cambia una sustancia prohibida-cocaína- por una legal –metadona- para resolver parcialmente el asunto; ya que no es de poca monta lograr el retiro definitivo de la sustancia lo cual personalmente considero casi imposible al momento histórico del desarrollo científico actual.

Aunque avances recientes en neuroinvestigacion plantean el uso de dos sustancias conjuntas capaces de resolver la adicción a la cocaína pero desafortunadamente ello sucedió solo en dos inocentes Hamsters.

En España en donde pude realizar un doctorado en N.ciencia ya existen los centros de atención al drogodependiente y profesionales de distintas áreas luchan día a día contra el flagelo en busca de aliviar al adicto y con ello aliviar el gran desgaste social de tranquilidad a la que este nos somete. Porque quiérase creer o no, el problema fundamental de la adicción es ese desgaste de tranquilidad a que el adicto se somete primero el, luego su entorno familiar y por ultimo el resto de los ciudadanos. Recuérdese que entre los adictos están amigos, hermanos e hijos sin que nadie pueda decir, de esa zarza no me pico yo. Es menester por lo tanto tratar al adicto como un inocente enfermo sometido por los vaivenes de esos circuitos neuronales reverberantes que solo Dios en su infinita sabiduría sabe por qué o para qué nos creó semejante criatura.

Es pues en últimas una preocupación sana la del alcalde Petro y así , sin los ojos de la política, es menester tenerla en cuenta y aplaudir su iniciativa valiente en este país del sagrado corazón en donde temáticas antiguas recurren y recurren lo mismo que le ocurre al enfermo adicto, su recaída en la sustancia.

Ya lo dijeron expertos latinoamericanos: el adicto debe ser tratado como el enfermo que es. Pero han pasado los años y ecos lejanos retumban desde donde lo dijeron, sin que hasta ahora nadie se atreva a desacralizar el problema, que al igual que otros padecen las eternas respuestas inconclusas en ésta sociedad que se queda detenida en el tiempo en muchos aspectos de la modernidad y este es uno de ellos.

Rueda la bolita, a ver quien se resuelve a encontrar la respuesta adecuada para bien de todos.

Por Alfredo Iván Niño Maldonado, colaborador de Soyperiodista.com

Por Por Alfredo Iván Niño Maldonado, colaborador de Soyperiodista.com

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