Gobierno intentó que el FBI investigara chuzadas del DAS

El entonces vicepresidente Francisco Santos, además, le pidió al embajador de Estados Unidos que hablara con el presidente Uribe, quien, a su parecer, no dimensionaba aún la gravedad del escándalo.

El Espectador
23 de febrero de 2011 - 05:14 p. m.

Las presiones de Estados Unidos sobre Colombia para que explicara abierta y claramente lo que estaba sucediendo en el DAS, e inclusive los mensajes de que a ese gobierno le ‘sonaba’ la idea de acabar con el organismo mantenían la tensión en el alto gobierno colombiano.

En una reunión que sostuvieron en septiembre de 2009 el entonces vicepresidente de la República, Francisco Santos, el director del DAS, Felipe Muñoz y el embajador de Estados Unidos en Colombia William Brownfield la posición norteamericana respecto al escándalo parecía endurecerse.

Mientras Muños le explicaba a Browinfield las primeras acciones en el DAS en los siguientes 60 días -esto era transferir algunos  de sus componentes judiciales a otras entidades del Gobierno  y  reestructuración del personal dentro de los siguientes 60 días- y Santos le increpaba diciéndole que debía hacerlo en una semana, el embajador lanzó la advertencia: Más le valía a la administración Uribe tener un Plan B, si llegara a estallar otro escándalo, el Plan B del gobierno de Estados Unidos era cortar toda asociación con el DAS ipso facto.

Entonces, el vicepresidente Santos le salió al paso al Embajador y le dijo que la siguiente semana buscaría anunciar que el Gobierno estaba buscando ayuda de un organismo de seguridad internacional y le propuso involucrar al FBI en las investigaciones por las chuzadas.

El embajador Brownfield no se mostró muy seguro de participar en las indagaciones y le advirtió que, de todas formas, cualquier colaboración debería hacerse bajo el “paraguas” de un organismo internacional.  Eso no excluía, sin embargo,  tener acceso completo y autoridad sobre las investigaciones.

Santos dijo que buscaría apoyo y ayuda de distintos expertos en inteligencia que no fueran DAS (de otros países o colombianos retirados) para adentrarse  en el DAS y desarrollar un mapa para reestructurar las funciones de la inteligencia.

Inicialmente se inclinaba hacia la CIA, Scotland Yard o MI-6, pero se cuestionaba si esas organizaciones aceptarían una exposición pública en la colaboración.

Browinfield insistió en que no estaba muy seguro de que su gobierno quisiera participar de esa forma.

A Santos se le ocurrió la posibilidad de convocar una especie de grupo asesor élite y enumeró una pequeña lista previa de posibles colaboradores que primero debía consultar con el presidente Álvaro Uribe. Figuraban Ricardo Lagos (Chile), Vicente Fox (México), Fernando Henrique Cardoso (Brasil) y otros países Australia, India, e incluso Rusia o Cuba.

El cable describe que el embajador “frunció los labios con fuerza” al escuchar las dos últimas opciones.

Finalmente el vicepresidente Francisco Santos le solicitó su intermediación a Browinfield y le dijo que hablara directamente con Uribe, pues consideraba que a esas alturas aún no dimensionada la gravedad del escándalos de las chuzadas.

 

Por El Espectador

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