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2015

Columnistas elespectador.com
23 de diciembre de 2014 - 01:41 p. m.

 Como en todos los fines de año, los colombianos, a pesar de las dificultades, tenemos esperanzas para el año siguiente, en lo económico y en lo político. Para el gobierno, es imperativo que nos vaya bien en ambos. La golpeada economía mundial tiene a los mercados e inversionistas con los pelos de punta y como no estamos aislados, sin duda nos afectará.

Según el DANE, en el 2010 Colombia creció un 4%; en el 2011 un 6.6%; en el 2012 un 4 %; en el 2013 un 4.3% y el 2014 cerrará también con una buena tasa de crecimiento, que indudablemenete sitúa al país por encima de los países latinoamericanos y dentro de los que mas han crecido en el mundo desde el 2010. En los últimos diez años, cerca de once millones de personas han superado su situación de pobreza y hoy hacen parte de la creciente clase media colombiana. Aún así, la riqueza generada sigue estando mal distribuida: nuestros coeficientes de Gini reflejan una de las peores desiguladades del planeta y grandes rezagos en el equilibrio social.

La caída en los precios del petróleo, la reciente devaluación del peso y el impacto negativo del manejo al proyecto de reforma tribuaria, tienen nerviosos a algunos inversionistas que ya están buscando otros mercados. El gobierno resolvió el faltante fiscal de corto plazo, pero no le ha dado tranquilidad a los mercados ni a los inversionistas a mediano plazo y los mensajes que ha enviado en relación al capital privado y a la riqueza, corresponden a narrativas populistas que podrían ser efectivos en una campaña presidencial, pero que auyentan flujos de inversión que el país necesita, hoy mas que ayer y menos que en los años que vienen, ante la caía de los precios del petróleo.
En el plano político el tema central es el proeso de paz, que continúa, dos años después de iniciado, con serios retos de comunicación. Si el referendo fuera hoy, el gobierno sería derrotado estruendosamente.
El principal reto político del gobierno en el 2015 será transmitirle a los colombianos confianza en las negociaciones, así como los beneficios del proceso y construir el apoyo de los ciudadanos para la refrendación de los acuerdos finales. Lo anterior, en un contexto de elecciones locales para alcaldes y gobernadores que en la práctica serán otro referendo anticipado por la paz. En este tema, el mas importante, hay una gran contradicción: como dice el presidente Santos, nunca habíamos avanzado tanto en negociaciones con la guerrilla, pero a la vez, nunca había estado la opinión pública tan apartada del gobierno y de las negociacioes.
En resumen, hay dos retos enormes para el gobierno en el 2015: mantener un ritmo de crecimiento económico razonable en un entorno mundial complejo y de desaceleración, y lograr el apoyo para el proceso de paz. Si la economía pierde su dinámica reciente, aumentará el malestar con el gobierno, lo cual hará mas difícil conseguir el apoyo que requiere el proceso de paz.

Para el 2015, el presidente y el gobierno deberían hacer el propósito de acercarse mas a los empresarios de todos los tamaños, y a todos los ciudadanos, especialmente a aquellos que tienen dudas y preocupaciones legítimas sobre el proceso de paz.

Pd: Esta columna aparecerá de nuevo el 13 de Enero.

 

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