Ahora, el Bicentenario y el fútbol

A POCAS HORAS DE LA PRIMERA vuelta electoral, el país ha comenzado a experimentar una baja en la tensión política, para volver a una calma dominada por el Bicentenario y el fútbol.

El resultado de mañana traerá cambios naturales ante un nuevo líder del poder ejecutivo, pero no cambiará, por fortuna, el rumbo democrático opuesto a las peligrosas tendencias que están envolviendo al mundo en una nueva guerra fría. Esta última semana de debate ha aumentado la admiración ante el grupo de candidatos unidos en el propósito de buscar más paz y mejor justicia, sin demeritar los adelantos alcanzados en frentes como la economía y la seguridad. Se afirma la idea de que viene un nuevo estilo de frentenacionalismo.

Con la calma política se regresa a las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia, que coinciden con la amistad en aumento entre colombianos y españoles. Es curioso que, cuando se recuerda el florero de Llorente, se ha intensificado el intercambio cultural y económico entre los dos países. Ahora serán más vistosos y emocionantes los despliegues como los veleros internacionales en Cartagena, los conciertos, publicaciones, exposiciones y diversas obras iniciadas con ese pretexto y que están inconclusas.  En Bogotá, lo más significativo ha sido el Centro Cultural Biblioteca Julio Mario Santo Domingo, obra conjunta de los sectores privado y distrital.

En la política hubo golpes bajos e intentos de sabotaje terrorista a las elecciones, pero pudo más la conducta de los candidatos en debates públicos, de cara a cara y con alto grado de serenidad e inteligencia. Ojalá ocurra lo mismo cuando los fanatismos se trasladen al fútbol y haya alegría y paz, en lugar de piedra, encapuchados y gases lacrimógenos.

Coletilla. Que se aplaquen las barras bravas y los goles sean un motivo más para divertir y pacificar al país.