Publicidad

Algo va a pasar

Danilo Arbilla
25 de agosto de 2015 - 03:50 a. m.

En este pueblo va a pasar algo, como contaba Gabriel García Márquez.

Este pueblo, son “ las Américas”, y lo que va a pasar, ya es más difícil de predecir. Pero es seguro que algo va a pasar: el clima de incertidumbre, la confusión que reina, arriba y abajo y la creciente efervescencia popular lo anticipan.

Y vale para todos. En el norte con la irrupción de Donald Trump – quién lo iba a decir- que crece en las encuestas y gana titulares y horarios centrales impactando con sentencias y “ provocaciones” calculadas, mientras los medios y periodistas lo acogen con poca prudencia y sin tener en cuenta experiencias pasadas ( los inicios del macartismo, lo alcanzado por Hugo Chávez, mas allá de sus derroche de petrodólares, y la campaña de Podemos entre los españoles). Ello sucede mientras el Presidente Barak Obama busca guirnaldas que brillen y adornen sus solapas sin cuidar que no se le seque y se le pudra el árbol sostén, razón por la cual muchos de sus detractores lo ven como uno más de los tantos “ outsiders” que los electores escépticos y desilusionados llevaron a las sillas presidenciales por todo el continente . Incluso hasta lo asimilan al español Rodríguez Zapatero, quien mientras en desafío tonto no saludaba la bandera de EEUU, hablaba de “ dialogo de civilizaciones” y negaba la crisis, hundió a España económicamente y le generó un caos y confusión que hoy se refleja con virulencia en el amplio espectro de partidos políticos , viejos y nuevos, que pueblan la cartelera y el furor de los “ nacionalismos”.

En el sur, los casos de Venezuela y Brasil son sin duda los mas llamativos en todo este barullo.

Se prevé que en Venezuela en diciembre ganará la oposición. Pero el chavismo ya perdió unas elecciones y sin embargo sacó más diputados. Porlo tanto no sería de extrañar que se repita: las autoridades electorales son las mismas, no se permiten observadores , se proscriben candidatos, se amenazan y compran votantes. Es notorio, además, que Maduro no considera renunciar. Lo suyo es elocuente: denuncia conspiraciones de todo tipo, ha decretado el estado de excepcion ( de sitio, digamos), inventa problemas limítrofes, cierra fronteras, da mas poder e impunidad a sus ” brigadas populares” ( grupos de choque fascistas, digamos), y hasta ha establecido “ horarios restringidos ” para las colas ( es de locos). Esto es, todo lo que esta en el libreto para seguir en el poder, como sea y con la bendición de la Unasur seguramente, lo que también estaría en el libreto.

Es mas trascendente aún lo de Brasil. Porque no esta claro lo que va a pasar y mucho menos como va a influir lo que allí ocurra en el resto del continente. Porque así como Lula, pese a que por ahora va esquivando el bulto, fue el artífice de todo esto que hoy le cargan a la presidenta Dilma Rousseff, también Brasil ha sido el impulsor y sostén, favorecido durante un ciclo inusualmente largo por los buenos precios de las materias primas, de la marea neoprogresista y populistas y la proliferación por el hemisferio de gobiernos electorales no democráticos. Más allá de las encuestas,- con Dilma por el piso-, los escandalosos casos de corrupción con el PT a la cabeza, y la crisis económica, es difícil saber sobre los días por venir. Es que también existe incertidumbre respecto a las alternativas, es decir, a la oposición. La dudas , desconfianza y temores con respecto a los sustitutos contribuye, a su vez, a la confusión y estanca y atrasa todo.

Y eso pasa en Brasil, en Venezuela, en Argentina y en casi todos lados: la oposición ha resultado ser la mejor aliada de los gobiernos. Se trata de un elemento casi decisivo, que alimenta las dudas sobre lo que va a pasar, de la misma forma que ha sido una de las razones que ha impedido que pase lo que ya debería haber pasado.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar