Alimentación escolar, currículo y nutrición infantil

Daniel Mera Villamizar
03 de junio de 2017 - 02:00 a. m.

Además de quitarles el programa a los corruptos, que promueva una cultura de alimentación saludable.

Siguen las denuncias de irregularidades en el Programa de Alimentación Escolar, PAE, y el Ministerio de Educación todavía no habla de una solución estructural. Para la discusión de una alternativa de diseño institucional, ver "Quitar Alimentación Escolar a corruptos y dárselo a madres de familia".

Ahora quisiera añadir, y no pensando en este Gobierno, la propuesta de usar el billón de pesos de la bolsa común del PAE para mejorar la nutrición infantil y expandir una cultura de alimentación sana. La educación debe ser el ámbito por excelencia de transformación de la cultura, y este no es el caso.

Las combinaciones de alimentos que muchos estudiantes reciben, especialmente cargadas de azúcar, se explican por afán de lucro sin ética de operadores y por negligencia o complicidad de secretarías de educación que aprueban las minutas. El espíritu del actual modelo del PAE es el fraude (en los precios y los lineamientos), no la buena alimentación de los niños.

Ese esquema indigna, pero no bastaría con dar el control del PAE a las instituciones educativas y a madres y padres de familia. Convendría un propósito de sociedad, la alimentación saludable, especialmente de los niños, liderado por los ministerios de Educación, Agricultura y Salud. 

Faltan verduras y frutas en la dieta escolar y sobran leches achocolatadas y harinas procesadas. Si la modalidad de Ración Preparada en Sitio se universaliza, el Ministerio de Agricultura debería tener algo que decir para que las madres de familia manipuladoras de alimentos reciban la oferta de verduras y frutas, a través de operadores redefinidos en competencia.

El Ministerio de Salud podría liderar la conversación con las industrias de alimentos procesados para lograr una oferta con las cantidades correctas de sodio, azúcar y grasas saturadas. Y el Ministerio de Educación podría encargarse de que la alimentación saludable (o más ampliamente, la vida saludable) entre en la mente, el espíritu y las costumbres de los estudiantes, lo cual no se conseguirá con una “Cátedra”, como tantas otras.

Lo que resultaría probablemente eficaz es que el MEN ofrezca contenidos didácticos para que los docentes enseñen biología, química y física en torno a los alimentos, su preparación y su procesamiento por el organismo humano. Con ejemplos desde los platos típicos regionales hasta la cocina molecular. Incorporar esto en los lineamientos curriculares del MEN y luego establecer estímulos (no tienen que ser monetarios) para que las instituciones educativas los incluyan en los planes curriculares de área y no sean lea muerta, sería natural en un propósito como sociedad.

El potencial de ahorros a largo plazo en el sistema de salud por un cambio así en el PAE es tan grande que bastaría para justificar que se sumen algunos recursos de prevención a cargo de las EPS. Incluso tal vez sin nuevos recursos, usando los actuales de mejor modo, alcanzaría para que nutricionistas metieran en el SIMAT la talla y el peso de cada estudiante hasta grado noveno. Nuestro problema es que mientras pensamos en todo esto, se están robando el PAE y el Gobierno no toma las medidas necesarias.

@DanielMeraV

 

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