Alístense: habrá elecciones con noticias tergiversadas

Carolina Botero Cabrera
24 de marzo de 2017 - 02:00 a. m.

Con el mal nombre de “noticias falsas” (fake news), las votaciones en el mundo están siendo manipuladas. Mal nombre, porque incluye a las parodias que son legítimas y que deben ser parte del debate democrático. Pero ¡ojo!, el problema es grave.

Se afirma que esas noticias falsas, engañosas, le dieron la victoria a Trump. Fueron efectivas en dañar las opciones de Hillary Clinton circulando mensajes “a la medida” entre audiencias muy perfiladas de Facebook. Por ejemplo, identificaron poblaciones inclinadas a votar por ella y mediante anuncios perfilados con noticias falsas o intencionalmente distorsionadas, buscaron que no votaran. Piensen en las cadenas de Whatsapp que hicieron su parte en la confesada estrategia por el No para “sacar a la gente a votar berraca”.

Recientemente, el Nieman Lab destacó la iniciativa de La Silla Vacía en contra de este tipo de noticias. Se trata del Detector de Whatsapp. Los lectores de La Silla envían una captura de pantalla del mensaje que quieren revisar y, si es seleccionado, los periodistas lo revisan y devuelven el resultado. En La Silla dicen que el 90% de las revisiones son mensajes falsos o están distorsionados. Es un dato escandaloso, pues estas noticias circulan sin ser detectadas y se viralizan antes de salir a la luz pública, por tanto, no son contrastadas por los medios ni son parte de discusiones públicas más amplias. Así, se materializa la manipulación del electorado.

El reto es pensar cómo mantener un escenario sano para que la gente vote informada. Las elecciones de 2018 serán históricas. Después de décadas de guerra civil, las Farc tendrán candidatos y esto, junto con los escándalos de corrupción —como Odebrecht—, nos permite prever un clima polarizado que usará esta arma de campaña sin vergüenza.

Aunque esta estrategia no requiere tecnología digital —la confesión de la campaña del No hablaba de volantes o altavoces por los barrios—, sí se potencia con las TIC y no será la única estrategia TIC para campañas. Si de atacar al contrincante se trata, usan también otras como perfiles falsos en redes sociales y ataques DDoS a páginas de los candidatos. Como electores, estemos atentos y velemos por la salud de nuestra democracia que está en juego.

 

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