Anolaima, capital frutera

A 71 kilómetros de Bogotá está Anolaima. Para llegar puede tomar un bus en la Terminal de Transportes o en la calle 13 con avenida 68.

Tras un recorrido de hora y media llegará a un lugar reconocido por la calidad y variedad de su fruta, gracias a su ubicación geográfica. Su temperatura, desde los 12 °C hasta los 24 °C, le permitirá disfrutar de sus balnearios, como El Mesón Bochica y las piscinas de la vereda La Punta de la Mesita. Allí encontrará servicio de restaurante para pasar la tarde sin ninguna preocupación, con platos desde $7.000.

Una caminata imperdible lo lleva al alto del Mohán, un mirador que lo premia con el mejor de los paisajes. Cuando descienda, vaya al casco urbano, a 10 minutos del alto, visite la capilla de San Vicente Ferrer, iglesia colonial reconstruida en 1805, y la estación férrea, en la inspección de La Florida, que aún conserva su arquitectura original. Si decide quedarse, puede hacerlo en los hoteles Playa Alta, El Marqués, San Carlos, Quinta Real II y Puerta Grande, con tarifas entre $25.000 y $50.000 la noche.

Desde $5.000 puede disfrutar de platos típicos como el piquete y sopas tradicionales, en los toldos que se instalan los fines de semana en el centro del pueblo. Y si quiere llevar las mejores frutas de la región, haga mercado en la plaza del pueblo, el jueves o el domingo desde las 4:00 a.m.

No se pierda las Ferias y Fiestas que se celebran en marzo; el Festival de Músicos Marciales, en agosto, y por último, una de las principales fiestas de Cundinamarca: el Corpus Christi, el segundo festivo de junio, en el que en homenaje a su próspera tierra, los pobladores hacen esculturas en fruta, como dinosaurios, personas o recreaciones arquitectónicas.