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Basuras

J. William Pearl
26 de noviembre de 2012 - 11:00 p. m.

El tema del cual mucho se habla por estos días, es el de las basuras de Bogotá, a raíz de que se llevó a cabo una inspección de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) donde funcionarios de ésta entraron a las oficinas de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado Bogotá, con el objetivo de extraer unos documentos.

Se sabe que la recolección de basuras es un gran negocio al cual quieren entrar los recicladores, quienes dicho sea de paso, cumplen una gran función que los hogares deberían desempeñar: separar las basuras en bolsas diferentes dependiendo de lo que se esté desechando, y así lograr reciclar muchos elementos útiles.
Quien es nuevo en este juego es el Gobierno Nacional; se metió en la pelea y a Petro no le causó nada de gracia, pues considera que hay una autonomía administrativa donde el gobierno central no debe meterse. Ambos pueden tener razón, por un lado Santos piensa que volver a crear la antigua EDIS es un riesgo.

Que dicho sea de paso, en caso dado de salir mal, puede atentar contra la salubridad pública, causando enfermedades a todos, y como es natural, los bogotanos pasaríamos a convivir entre la suciedad. También en televisión un concejal de Petro dijo que la intervención de Santos en éste tema era una cortina de humo para distraer la atención de la pérdida de mar en San Andrés. Los temas de fondo a mi entender son dos. El primero, el precio de la recolección, y segundo la entrada de los recicladores a la licitación.

El precio de algunos de los desechos parece estar tan elevado que los actuales concesionarios propusieron una rebaja a cambio de quedarse con el negocio. Sí, los actuales concesionarios tienen la experiencia, Bogotá en gran parte está limpia, pero estas empresas tienen que aprender a compartir algunos aspectos del negocio con los demás. De lo contrario, no verán un centavo a partir del 17 de Diciembre, cuando se defina de nuevo quien recogerá las basuras. El alto costo de la recolección lo pagamos quienes vivimos en Bogotá, los afectados somos todos, ese dinero se podría usar en salud, educación y otras cosas más en beneficio de las personas, no de las empresas, ni de los negocios particulares.

El tema de los recicladores va muy en serio, pues la corte desconoció la anterior licitación para permitirles la entrada al proceso. Son familias que viven de esa actividad y les puede resultar una gestión afortunada, pues hoy en día las basuras valen más que hace unos años. Son personas de muy bajos recursos y no se pueden ni se deben dejar por fuera, se hace necesaria su presencia en el negocio. Ser reciclador es muy duro, trabajan de noche, separan en la calle las basuras y tratan de no dejar basura regada. Muchos van con sus familias enteras, con niños pequeños que duermen o pasan la noche bajo la inclemencia del frio. Al ser este un tema relativamente nuevo, cuesta entender su noble función, pues en las casas simplemente se tiran los desechos y no se separan. Al poder ser parte de un negocio cobran valor, se vuelven aún más útiles en todo el proceso. Tienen la experiencia y con eso su labor se vuelve muy útil.

Si el costo de recoger las basuras bajara y a los recicladores se les dieran las herramientas necesarias, nada de lo que está sucediendo acontecería, la cuestión de fondo es compartir con los demás.

 

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