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Caballo de la paz

Gonzalo Silva Rivas
21 de enero de 2014 - 11:00 p. m.

En el caso de que los diálogos que se adelantan en La Habana conduzcan con éxito hacia el camino de la paz, el turismo sería uno de los sectores más beneficiados y de paso se convertiría en una poderosa locomotora al servicio del gobierno, que circularía por el agreste paisaje de la economía nacional irrigando divisas, generando empleo y redistribuyendo ingreso.

La confrontación armada que por tantas décadas sacude al país ha tenido deplorable impacto en el desarrollo económico y social. Baja producción, reducción inversionista, fuga de capitales, desplazamiento masivo de campesinos, cordones de miseria en las ciudades, pobreza, inequidad, desempleo y muy pocos visitantes para la dimensión de la variopinta oferta que se produce en cada rincón de la geografía.

La necesidad de consolidar un acuerdo es imperativa y hace bien el presidente Santos en no dar marcha atrás en el cumplimiento del objetivo que, aunque sea con ciertos condicionamientos, empieza a ser recogido en los albores de esta campaña electoral. por sus propios contradictores La salida por la fuerza ha demostrado su ineficacia, y ser parte de una perversa estrategia que resuelve intereses particulares de sectores vinculados con el poder económico y las élites sociales, políticas y militares.

Un acuerdo de paz atraería inversiones y permitiría encarar con determinación el futuro del turismo en Colombia, país que resume los atractivos que individualmente ofrecen otras naciones de la región, que hoy en día consolidan industrias turísticas de mayor importancia. El director del IDT, Luis Fernando Rosas, revelaba que la firma de la paz le representaría a Bogotá un incremento a corto plazo de UD200 millones, y pudiera ser mejor. Un sector turístico planificado, como se comprueba en muchas partes del mundo, repercute con generosos dividendos en materia económica y social.

El buen ambiente del proceso en Cuba podría ser determinante para el desenlace electoral de mayo. Entre los candidatos solo el presidente Santos se ha tomado esta bandera con decidida resolución. A la palestra podría subirse el exministro Álvaro Leyva Durán, mediador con el M-19, conocedor de vericuetos para llegar a una salida negociada del conflicto, y quien como constructor de métodos de paz, tiene su propia propuesta para llegar a ella. Le faltaría recibir el apoyo de ese lánguido, ambiguo y anquilosado Partido Conservador durante su convención de este fin de semana.

Un nuevo país, donde se ataquen las causas objetivas del conflicto, se recupere la seguridad en el territorio, se combata la corrupción que nos ahoga y se eliminen las restricciones que nos separan de gran parte de nuestros atractivos turísticos, podría empezar a construirlo quien, montado en el caballo de la paz, lo lleve a línea de meta.

gsilvarivas@gmail.com

 

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