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Cállese maricón, aquí no vale nada

Mauricio Albarracín
10 de junio de 2015 - 03:11 a. m.

El 3 de marzo de 2013, un hombre gay que estaba sentado en un andén con algunos amigos en la ciudad de Cali fue detenido, amenazado y herido por integrantes de la Policía de esa ciudad.

Según relata Carlos a varias fuentes, un policía llegó y “colocándome su mano sobre mi cuello, como si me fuera a ahorcar, me arrincona sobre la pared y subiéndome a 4 centímetros por encima del piso me dice: mariquita, por su bien quédese callado, que aquí sí le enseñarán a ser hombrecito, ¿oyó? Cállese maricón, cállese que aquí no vale nada”. Esta frase no fue pronunciada hace 40 años cuando era un delito ser homosexual en Colombia. Ocurrió hace dos años en una de las ciudades más importantes del país.

Casos como este son los que presenta el informe de Colombia Diversa sobre derechos humanos de lesbianas, gays, bisexuales y personas trans (LGBT), titulado “Cuando la guerra se va, la vida toma su lugar”. Este analiza la violencia que ocurrió contra la población LGBT durante los años 2013 y 2014. Lo que llama la atención de los hallazgos del informe es el alto grado de violencia policial. Solo para el año 2014 se reportan 143 casos, la cifra más alta desde 2005, año en que se inició el reporte de estos casos. Además, este informe presenta casos ilustrativos de mujeres trans que son atacadas y detenidas por la Policía, ya sea donde transitan, viven o trabajan. También se reportan casos de agresión de la Policía hacia hombres gays, a quienes detienen con insultos como “mariquita” o “loca”. Se reporta un caso similar a una pareja de lesbianas que fue agredida por la Policía mientras le gritaban: “este muchachito tan berraquito”.

¿Qué significa toda esta violencia de la Policía contra la población LGBT? ¿Por qué la Policía sigue tratando a nuestra comunidad como si fuéramos delincuentes o enemigos del orden público? ¿Cómo podemos interpretar que en tiempos de cambios legales favorables a los derechos de la población LGBT, quienes representan la “ley” nos sigan insultando y maltratando? Todas estas preguntas quedan para la reflexión. Un hecho histórico tal vez ayude a pensar en la cuestión: el próximo 28 de junio se conmemora el Día del Orgullo LGBT, que tiene su origen en la resistencia de la comunidad LGBT en 1969 en un bar de Nueva York por el constante acoso de la Policía. La violencia policial engendró el orgullo contra la arbitrariedad.

La Policía tiene el deber de garantizar la seguridad y la tranquilidad de toda la ciudadanía, incluyendo la de las personas LGBT. Es por ello que toda esta violencia policial destruye nuestra democracia: un policía que me insulta, me golpea y me trata como un animal no representa el Estado colombiano. Representa el prejuicio, la arbitrariedad y el pasado. Cuando esto pasa con muchos agentes y en distintos lugares del país, representa una cultura institucional que solo cambia cuando la Policía entiende que no es guardiana de la “moral” sino de los derechos, la libertad y la igualdad.

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El informe “Cuando la guerra se va, la vida toma su lugar” sobre los derechos humanos de las personas LGBT 2013-2014 se lanzará el jueves 11 de junio a las 6 p.m. en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (Cra 19B No 24- 82). Más información en http://www.colombia-diversa.org/2015/05/lanzamiento-informe-de-derechos-humanos.html  

 

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