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Cárdenas Dos

Alberto Carrasquilla
17 de julio de 2014 - 04:53 a. m.

Respecto de la chismografía que al respecto se tejía, la ratificación de Mauricio Cárdenas en el Ministerio de Hacienda es una noticia muy grata y bienvenida.

Ante todo porque muestra que el Presidente ha empezado el segundo tiempo pensando en la economía. Segundo, porque se trata de un economista que cuenta con la credibilidad que se va a necesitar para encarar las aguas bravas que nos traen los mares internacionales desde varias latitudes. Tercero, porque Cárdenas tiene la serenidad y el pragmatismo necesarios para escuchar y conciliar visiones divergentes que, tanto desde el interior de la compleja coalición de Gobierno, como desde una oposición seria, propositiva y dotada de gran respaldo popular, podrían fácilmente perturbar el ambiente de los negocios y la estabilidad económica. Cuarto, porque el país requiere de alguien que defienda a capa y espada la sostenibilidad fiscal de cara a las diversas cuentas de cobro que estrenaremos en Agosto.

El ambiente internacional difícilmente podría serle más espinoso a un Ministro de Hacienda con domicilio en territorio emergente. Primero, porque en una interesante paradoja, los años posteriores a la crisis de 2008 han sido estupendos en estas latitudes y, como una especie de consecuencia indeseada, en Colombia y otros rincones se respira demasiada complacencia, se archivan o se posponen reformas de fondo y se pierde tiempo en el toque-toque. Segundo, porque los bancos centrales del norte compiten por el campeonato mundial de la expansión y la inundación de liquidez que causaron ha roto todos los muros de contención y ha formado enormes lagos artificiales donde ejercen la navegación demasiados marineros de pacotilla.

Al alza inevitable de las tasas de interés en los países del norte, cuyo efecto será un baldado de agua fría para los flujos de financiamiento, se une la desaceleración en los países del sur, empezando por los llamados BRIC, cuyo inicio ya observamos. Esta parejita de hechos implica que nuestras necesidades de ahorro externo, unos US$16 mil millones en este momento, las cuales se han mantenido relativamente bajas (menos de 4% del PIB) y han sido muy fáciles de solventar, bien podrían sacar mas temprano que tarde su Mr. Hyde e implicarle sus cuantas pesadillas al flamante dignatario.

Internamente, las cosas también son complicadas y le presagian unas canas más al señor Ministro. El mas reciente Marco Fiscal de Mediano Plazo, que está estupendo como siempre, plantea que entre 2014 y 2018 el déficit del Gobierno bajará casi medio punto del PIB, en esencia porque la inversión pública cae aun más; 0,7. Todo lo demás, grosso modo, sigue igual, incluyendo el recaudo de impuestos, que solo sube 0,2. En este contexto, el Ministro no se tendría que desgastar mayor cosa elevando el recaudo mas allá de lo que hay hoy (haciendo permanentes impuestos que vencen) y podría entregar unas finanzas públicas muy sanas en 2018. La realidad, creo yo, va a demostrar que para atajar las presiones de gasto en inversión la pelea, empezando por los rifi-rafes en el Consejo de Ministros, siguiendo en el Congreso con los miembros de la coalición y pasando por los opositores, va a estar para alquilar balcón. Y ni se diga las presiones asociadas con la paz, el posconflicto y ese largo y espeso universo que además de humanitario y progresista, también es fiscal. Lo cierto es que en el MFMP no se tienen contemplados como necesidad de caja los gastos en estas materias y atajar el cúmulo de pretensiones para poder cumplir con las metas fiscales va a requerir una mezcla sofisticada de paciencia, convicción y pantalones.

Al Ministro de Hacienda le espera una tarea que poco tendrá de parecido con la primavera del primer tiempo. Para ser exitoso, según el muy buen documento que él mismo presentó al público, deberá mantener constante el peso de la tributación en el PIB, bajar de manera muy importante el peso de la inversión pública y atajar las múltiples presiones de gasto provenientes, entre otras, de las costas Habaneras, gasto que también tendrá su lobby respectivo, y deberá hacer todo ello en un ambiente externo que pinta nublado y borrascoso. Y termino repitiendo: la ratificación del Dr. Cárdenas es una buena noticia, especialmente dada las pavorosas predicciones que se esgrimían por ahí. Por el bien de todos, ojalá tenga la mejor de las suertes.

@CarrasqAl
 

 

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