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Cartas de los lectores

Cartas de los lectores
24 de enero de 2013 - 11:00 p. m.

El tratamiento en los medios de dos temas relacionados con la sostenibilidad del crecimiento del país inicia el año 2013. Un grave conflicto entre la minería y la necesidad de conservar el medio ambiente.

Y otro conflicto entre las aspiraciones de construir hoteles en los Parques y la necesidad de conservarlos a perpetuidad a fin de que cumplan las funciones para las cuales se crearon: conservación, investigación, conocimiento, educación y esparcimiento.

La minería deja ver de manera contundente que no es posible seguir explotando el planeta de esta forma. No se necesitan estudios de impacto ambiental para darse cuenta de la magnitud del daño de esta actividad sobre el medio ambiente; la simple mirada a los enormes cráteres que  deja la minería a cielo abierto basta para apreciar su impacto. Los minerales extraídos muchas veces son dispersados y contaminan la atmósfera y el agua.

Frente a la destrucción hay una política de áreas protegidas que básicamente se orienta a salvaguardar unos espacios para conservar la naturaleza. Estos tienen gran importancia para la supervivencia; representan “islas” en donde se mantienen la biodiversidad y se protegen las aguas, entre otros. Sin embargo estas áreas no son suficientes. Para conservar los ecosistemas se requiere que estén comunicadas entre sí y además que el aprovechamiento del resto de la naturaleza se haga de manera que no cause daño al conjunto de los ecosistemas. Así la agricultura, la minería y la industria deben regirse por prácticas de bajo impacto.

Ahora se pretende que la minería a gran escala se puede realizar de forma sostenible y que en los Parques se deben construir hoteles para que sean los hoteleros quienes los cuiden, pues el Estado no es capaz. Y para favorecer todo esto se cuenta con una Agencia de Licencias Ambientales en donde se legitima la destrucción con el argumento de que si se siguen unos parámetros —que no se sabe quién los inventó— la minería es compatible con el medio ambiente. Y que si la Unidad de Parques aplica la ecuación esparcimiento=ecoturismo =hotelería y no ve “inconveniente”, ellos otorgan la licencia para los hoteles en los Parques.  A los funcionarios de Parques y de la Agencia de Licencias Ambientales no les sirve para nada la evidencia científica, fundamento de toda política ambiental, pues ellos crearon su propia y oscura nebulosa jurídica para cumplir sus designios.

Pablo Leyva. Bogotá.

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