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Casi censuran el Carnaval

Carolina Botero Cabrera
21 de febrero de 2014 - 04:00 a. m.

En Barranquilla se derogó la disposición del Decreto 0045, que prohibía en los próximos carnavales los disfraces “con alusiones vulgares o morbosas y todos aquellos que atenten contra los asuntos sagrados, la dignidad humana y respeto a las autoridades y personas en el libre desarrollo de su personalidad, creencias, condición política y social”. Claro, si lo mantenían le daría una estocada de muerte al Carnaval. La Marimonda, por mencionar uno de los disfraces, quedaría en el closet.

Los carnavales son el mundo al revés, suceden en momentos simbólicos del calendario como antesala a sucesos religiosos de recogimiento y orden. Plantean un contraste con la realidad desde la picaresca para criticarla, comentarla, resaltarla. De esta forma, precisamente lo sexual, lo religioso, la autoridad, los políticos, los famosos, etcétera, son el objeto de la burla.

En la cultura popular el humor no solo es una herramienta poderosa sino también recurrente a través de la cual la gente se expresa, dice lo que piensa y denuncia lo que no le gusta. Es una herramienta tan poderosa que inmediatamente pensamos con nostalgia en Jaime Garzón, por mencionar un humorista. Y debemos evidenciar que en su práctica hay un ejercicio de expresión y que su defensa es la de la libertad de expresión.

Por supuesto que es un derecho que puede ser abusado, como cualquiera, pero para evitar ese abuso no puede llegarse a la “censura previa” que está prohibida en nuestro marco jurídico. Una sociedad tan violenta como la colombiana debe promover mecanismos pacíficos de expresión y diálogo, como algo natural y alejados de la autocensura. No podemos permitir que la mojigatería o el miedo los silencie.

De esta situación resalto, además, cómo la alcaldesa de Barranquilla justificó la medida como una actuación de buena fe desarrollada desde la secretaría de Interior y cuyo error estuvo en no consultar a la de cultura. Ese es otro error de la autoridad en general. Pensar que hay parcelas en los temas que pueden ser perfectamente cercadas, es como que regulemos el acceso al conocimiento y la circulación de la cultura solo desde MinComercio con la asesoría de MinInterior y por obligación de los TLC, ¿no?

 

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