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Cepas tentadoras

Hugo Sabogal
02 de noviembre de 2008 - 03:00 a. m.

Ahora es posible acercarse a  degustar nuevas variedades de vinos de talla mundial.

Un vistazo a etiquetas ahora disponibles en el mercado colombiano denota un creciente interés por parte de productores e importadores de ofrecer nuevas alternativas y experiencias en términos de aromas, sabores, mezclas, estilos y procedencias. Ahora falta que los consumidores se animen.

Por mucho tiempo, nos anclamos en las más tradicionales y conocidas variedades blancas y tintas, como Sauvignon Blanc, Chardonnay, Merlot y Cabernet Sauvignon, principalmente. Y de esa zona de confort rara vez nos hemos movido, aunque diariamente ganan adeptos cepajes como Malbec, Carménère y Syrah.

Ahora bien: si pensamos que existen más de 4.000 variedades de uva con las cuales se puede producir vino, lo lógico sería comenzar a rastrear esos nuevos territorios y ampliar así el espectro de experiencias.

He seleccionado algunas de ellas. Para ayudar a entenderlas, mencionaré su origen, sus características organolépticas y las posibles combinaciones con la gastronomía.

Blancas

Gewürztraminer

Su territorio natural es Alsacia y el sur de Alemania. Sus vinos se distinguen por un interesante abanico de aromas florales y especiados. Resultan perfectos para platos de la comida china e india.

Riesling

Es la más conocida de las variedades alemanas. Procede de la región del Rhin. Igual que la Gewürztraminer, está llena de notas florales y exhibe una alta acidez. Sus vinos resultan buenos compañeros a la hora de elegir preparaciones tailandesas y chinas. Permiten excelentes maridajes con pescados y carne de cerdo.

Viognier

Su lugar de origen es casi seguramente el Valle del Ródano, en Francia. Su popularidad ha sido cíclica, pero actualmente experimenta un sorprendente renacimiento. Es otra variedad perfumada, pero, a diferencia de las anteriores, posee una baja acidez y una viscosidad similar a la del Chardonnay. Se recomienda con comidas especiadas y aromáticas, lo mismo que con sushi.

Torrontés

En su estado actual, solamente se cultiva en Argentina, en zonas norteñas como Rioja y Salta. A la Torrontés le gusta la altura y también evoca aromas florales y cítricos. Sus vinos sirven como aperitivos o como acompañantes de pescados, mariscos y comida oriental.


Verdejo

De nacionalidad española, se concentra en la región de Rueda, cercana a Portugal. Sus vinos son secos, frescos y vivaces, y sugieren hierbas frescas y, en algunos casos, secas. Hace un empalme agradable con pescados de carne blanca y tierna.

Pinot Gris

Proviene de la región de Borgoña, en Francia. Recientes investigaciones indican que es una mutación genética de la variedad tinta Pinot Noir. Permite elaborar vinos que van de color amarillo verdoso a dorados e, incluso, ligeramente rosados. Sus aromas son frutados, herbáceos y especiados. Un buen Pinot Gris o Grigio es sin igual con mariscos, pastas ligeras y quesos de baja a mediana intensidad.

Tintas

Bonarda

Nadie cuestiona su conexión lombarda y piamontesa. Hoy su popularidad se debe a Argentina, donde llegó de la mano de inmigrantes italianos, a finales del siglo XIX. Durante mucho tiempo se le utilizó como vino de mezcla. Hoy aparece como variedad única, produciendo vinos de gran personalidad, cargados de recuerdos a frutos negros maduros. Combina con una amplia gama de carnes a la brasa.

Cabernet Franc

Sus uvas se encuentran tanto en la zona francesa norteña de Loira como en Burdeos, donde ha formado parte intrínseca de los grandes vinos de la región, al mezclársele con Cabernet Sauvignon y Merlot. No es tan arisca como el primero, y ofrece vinos frutados y especiados. Se recomienda con aves, pastas, pizzas y comida mediterránea.

Petite Verdot

También tiene su punto de partida en la región francesa de Burdeos, donde se la ha utilizado como ingrediente de mezcla por su alta carga de taninos. Demora en madurarse, pero, cuando lo consigue, produce vinos complejos y robustos, ideales para platos contundentes y aliñados.

De manera que una vez viaje por estos nuevos terrenos, se dará cuenta de que las posibilidades del vino son casi infinitas y sólo invitan a nunca dejar de descubrirlo.

Joyas y uvas

Helena Sánchez Monge-Escardó y Susana González Pendás, dos diseñadoras de joyas españolas, han creado la compañía Va De Uva para producir piezas inspiradas en la viticultura. Son piezas únicas e incluyen brazaletes, collares, pulseras, mancornas y muchos otros productos alusivos a la vid. Logran ejemplares impactantes, gracias al uso de piedras preciosas, oro, plata, esmeraldas y rubíes. Si se antoja de alguno de sus productos, digite la página www.vaduva.es y se encontrará con un giro original e inesperado.

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