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Cifras apresuradas

Mario Morales
24 de enero de 2011 - 06:00 a. m.

TAL COMO LO HIZO HACE UN AÑO SU antecesor, Gabriel Silva, el actual mindefensa, Rodrigo Rivera, sale a cobrar por adelantado un "logro" que está en veremos, el de la disminución de homicidios en el país.

Hace unos meses un Silva alborozado dijo que en 2009 se “registraba la tasa más baja de los últimos 30 años” y la Policía Nacional refería que los homicidios se habían reducido 2% con respecto al año anterior. Un informe posterior de Medicina Legal demostró que habían aumentado en 16%, y que con 39,3 homicidios por cada cien mil habitantes estábamos lejos de 2008, el histórico más bajo: 34,3, distante del promedio centro y suramericano (entre 25 y 27) y mucho más del “rango tolerable”, según la ONU, que no debe pasar de 5.

Impaciente por entregar “resultados” Rivera dice que hubo en 2010 15.459 homicidios y que es la “tasa más baja en 24 años” sin esperar el informe de Forensis de Medicina Legal, siempre distinto en cifras, y sin tener en cuenta factores asociados al incremento de asesinatos como la explosión de bandas criminales, recambios de mando y dispersión paramilitar, reaparición de masacres y que fue un año electoral.

El violento arranque de 2011, ha reabierto el debate sobre las políticas de reducción de homicidios en las que el nuevo gobierno ha hecho poco, corroborando que eso de “la vida es sagrada” más que acepción de la plataforma “verde” era una estrategia de campaña.

Como se ha planteado en este diario,  hay que controlar o prohibir el uso de armas de fuego, presentes en 4 de cada 5 homicidios, especialmente en celebraciones. A propósito, no se entiende que gobernantes y funcionarios insistan en que el prohibicionismo incrementa el comercio ilegal y no piensen lo mismo del narcotráfico.

Pero ese control es, según estudios académicos, una de las aristas del problema del homicidio, que tiene factores determinantes, como se puede refrendar en el citado informe de Medicina Legal, asociados a variables socioeconómicas, desempleo, bajos ingresos y falta de educación.

Todos somos mortales, pero está visto que aquí, campesinos, jóvenes, desempleados, pobres y menos educados son más mortales que los demás.

www.mariomorales.info y @marioemorales en Twitter

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