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Colciencias, el patio de atrás

Rafael Orduz
01 de julio de 2013 - 10:00 p. m.

Hay colombianos que salen del país de vacaciones y que no se atreven a botar una lata de gaseosa en alguna autopista gringa o parquearse donde está prohibido, mientras realizan la pequeña compra, sin que les importe un pito el trancón que armen. De regreso al país, es diferente. Todo vale.

Es extraño. Varios presidentes, ministros de Hacienda, directores de Planeación Nacional, han estudiado en Europa o en Estados Unidos. Algunos exhiben títulos de doctorado y, si no es el caso, maestrías o, al menos, algún curso de verano en hermosos campus. Se diría que manejan los códigos de las economías del conocimiento.

En un enfoque pragmático, que incluye relaciones estrechas con Ecuador y Venezuela, el país firma tratados comerciales con EE.UU., Canadá y Corea. Nos abrimos al Pacífico latinoamericano y asiático y se aspira a que Colombia sea parte de la OECD.

¿Qué será lo que ocurre, en tanto proceso cosmopolita en que anda inmersa nuestra dirigencia, que no consigue captar el rol de la innovación, ciencia y tecnología (CyT), investigación y desarrollo (I+D) en las sociedades contemporáneas? ¿Que cuando regresan les importa un pepino el valor del conocimiento como fuente de valor?

El manejo de Colciencias es, apenas, un eslabón en la larga cadena del “todo vale”. Sólo para mencionar algunos hitos, el rol nulo de la locomotora de la innovación en el plan de desarrollo. La reglamentación engorrosa para el uso de recursos de las regalías por parte de administraciones departamentales, con la consecuente baja y retrasada ejecución…, creyéndose el Gobierno el cuento de que con ello Colombia entra a un nivel de inversión que la hará competitiva en la materia.

El sector privado juega su papel en la omisión. ¿Alguien ha escuchado alguna vez pronunciarse y liderar propuestas a los gremios de la industria, del comercio y de otros servicios? Como Colombia no invierte en I+D, cuando llegan los TLC del tipo Corea, la única consigna es rechazarlos… a nombre de la producción nacional, cada vez más obsoleta. Y, sin embargo, la parrilla televisiva de la tarde está llena de telenovelas coreanas, las vías de carros KIA y millones de celulares son Samsung.

Cuatro directores de Colciencias en menos de tres años en una institución maltrecha en la que no creen los ilustres minhacienda y DNP… ni, probablemente, su jefe. Y eso que se trata de una entidad que, por la norma de 2009, le reporta directamente. Con los mismos indicadores que construyeron, sólo hay que decir que el país se rajó, con ustedes, en CyT.

¿Que Colciencias “es” de un partido político? ¿Es la bancada la que traza lineamientos acerca de CyT? Desde luego que la ley de cuotas debe respetarse. ¿No saben contar quienes manejan el computador de Palacio para actuar a tiempo?

No me cabe duda acerca de la calidad profesional de la nueva directora, Paula Arias, a quien le deseo la mejor suerte en el liderazgo de un tema crucial que poco importa a la dirigencia pública y privada.

 

 

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