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Visión global

Legados nefastos

Arlene B. Tickner
08 de septiembre de 2021 - 05:05 a. m.

A sus dos décadas, los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y la declaración subsecuente de la guerra global contra el terrorismo (GWOT, por sus siglas en inglés) han dado lugar a todo tipo de reflexión y análisis. Más allá de la necesaria conmemoración de las víctimas, estos hitos decisivos deben ser recordados por los legados nefastos que han dejado, entre ellos un saldo negativo en la lucha antiterrorista, el aumento de la islamofobia y la normalización de ideas y prácticas de extrema derecha.

Como bien sugieren casos insignia como Afganistán, Irak, Siria y Yemen, el combate internacional del terrorismo —consistente en una combinación de intervención militar, construcción estatal, políticas de prevención y lenguaje de cruzada contra el “mal”— ha sido un fracaso rotundo. Además de la proliferación y el esparcimiento geográfico de grupos yihadistas alrededor del globo, se trata de estrategias que han validado la ideologización y radicalización de estos, fomentado el antiamericanismo y antioccidentalismo entre las poblaciones en donde se han ensayado, y dejado intactas o hasta empeorado las condiciones estructurales que engendran el terrorismo en primer lugar.

El enfoque de la GWOT en el terrorismo islámico también ha conllevado a políticas y discursos estatales en relación con este que se han hecho extensivos al islam y a los musulmanes en general, convirtiéndolos en blanco colectivo de censura por actos de violencia realizados supuestamente en su nombre. Los estereotipos resultantes han alimentado la violación de derechos fundamentales y la adopción de leyes antiislámicas, así como discriminación, hostilidad y crímenes de odio perpetrados por actores privados que se originan en la islamofobia. Vale recordar que el politólogo Samuel Huntington había vaticinado, en su polémico libro Choque de civilizaciones, que el mundo islámico constituiría la amenaza existencial más grande a Occidente. Los ataques del 11/9 permitieron “validar” esta hipótesis y asentar la lucha civilizatoria contra el “oscurantismo musulmán”.

Empero, la obsesión con el yihadismo también ha hecho perder de vista el crecimiento y la consolidación del extremismo de derecha, tanto en Estados Unidos como en Australia, Europa y Nueva Zelanda. Sin duda, se trata de uno de los puntos ciegos (intencionales o no) más inquietantes de la GWOT. Podría argumentarse incluso que esta ha sido un aliciente para las ideas y prácticas de grupos de supremacía blanca y fundamentalismo cristianismo, los cuales han hecho uso estratégico de la islamofobia para desarrollar tácticas de miedo en torno al “asedio” islamista-musulmán. No solo han aumentado en número y entrado a la escena pública en los lugares señalados (y muchos otros), sino que son responsables de la enorme mayoría de actos terroristas en el mundo occidental durante los últimos tiempos. Pese a que las violencias ejercidas por actores islamistas son menores en comparación, la magnificación mediática de estas y del peligro planteado por los musulmanes “radicalizados” es palpable.

Colombia no es ajena a las lecciones críticas que debe suscitar el aniversario vigésimo de la funesta guerra global contra el terrorismo. Justamente por gestión deliberada de los presidentes Andrés Pastrana y más aún Álvaro Uribe el conflicto armado fue reconfigurado ante la población nacional y el mundo como un escenario de actividad terrorista, con todas las taras que ello ha dejado para la construcción de la paz en nuestro país.

 

Jorge(66737)09 de septiembre de 2021 - 12:34 a. m.
El daño ocasionado por el imbécil de Pastrana, hoy declarado cómplice y beneficiario de los Rodríguez y la degradación continua de una sociedad hecha durante cuarenta años por Uribe han hecho de Colombia una cloaca donde la ética y los principios son inexistentes. Ambos, si no fueran tan cobardes, deberían entregarse a las autoridades.
Adrianus(87145)08 de septiembre de 2021 - 11:36 p. m.
Como nota anexa, agrego yo, que los productores de armas viven frotándose las manos, pues con todos estos frentes de batalla hay mucho a quien venderle armas, sin importar en qué dirección disparen.
Alberto(3788)08 de septiembre de 2021 - 09:45 p. m.
Excelente análisis. Último párrafo Perfecto.
Fernando(70558)08 de septiembre de 2021 - 06:50 p. m.
Remata Ud Señora, con BROCHE DE ORO. Qué columna tan magnifica, amén de lo didáctica. Gracias por enseñarnos las raíces de la "lucha contra el terrorismo" que se inventó en Colombia para que reine el terrorismo de Estado.
Hernando(84817)08 de septiembre de 2021 - 02:59 p. m.
Excelentes sus planteamientos y reflexiones sobre el tema y analizado desde las dos vertientes politicas y culturales enfrentadas; que como lo expone al final, se utilizan para condicionar interpretaciones amañadas y tratar de justificar acciones en paises como Colombia.
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