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La esperanza, portadora del futuro

Arturo Guerrero
10 de mayo de 2024 - 09:00 a. m.

Se viven tiempos apocalípticos. La crisis climática amenaza con destruir no el planeta, sino la vida del hombre en él. En los altos estrados se escuchan alusiones al Armagedón (no Agamenón), profecía bíblica sobre la catástrofe final entre ejércitos y fuego. Cunde el pánico en los cerebros, se agota el sentido de la vida.

No es un colapso de los planetas, las selvas y los ríos. Es un desfallecimiento de la especie humana, agotada por la corrupción, los gobiernos autoritarios, la infinita sed de riquezas de los poderosos. No vale la pena traer más niños al mundo, pues su futuro parece espantoso y nunca antes experimentado.

Los políticos tensaron la cuerda hasta el punto de provocar el descreimiento general de sus discursos. Los partidos se atomizaron, ahora son oficinas para dar avales electorales y forzar a su favor puestos y contratos. No hay en quién creer ni en quién confiar. En síntesis, todo tiempo pasado fue mejor.

Ante este estado de cosas suenan las ideas del filósofo coreano Byung-Chul Han quien, en un video virtual, prende la luz de la esperanza a raíz de una conferencia en Lisboa y de su libro de este año La tonalidad del pensamiento. La esperanza es un estado del corazón que cree en la realidad como portadora del futuro y ancla más allá del presente. Es el todavía no, lo venidero, lo posible. No equivale a resignación ni a optimismo ni mucho menos pertenece al ámbito de la filosofía positiva.

Se afinca en la capacidad de trabajar en algo porque es bueno y tiene sentido, independientemente de su éxito. Consiste en estar alerta en todo momento para que lo que todavía no es o no nace, sea. La esperanza da alas a la acción, es partera de lo nuevo, ya que el futuro no es asunto zanjado ni terminado.

Sus requisitos son amor, fe y trascendencia, es decir, ir más allá del yo y acercarnos a la comunidad. El sujeto de la esperanza no soy yo, sino nosotros. La esperanza amplía lo que tiene sentido, se mueve hacia lo desconocido y, de este modo, guarda también algo de contemplativo. Solo así surge un potencial revolucionario. El ser humano vive en cuanto espera. Por eso la esperanza es lo opuesto al miedo y es pasión por lo posible. Es escapar del tiempo como prisión y también del futuro sombrío.

Han agrega críticas al capitalismo neoliberal, al populismo, al conformismo, a la destrucción de la democracia. Pero él no es científico social ni economista: es filósofo y en calidad de tal su pensamiento apunta al espíritu de los seres humanos y siembra desafíos poco frecuentes en la discusión contemporánea.

Replantea el apocalipsis, rechaza la visión catastrofista del presente, y la creencia de que el futuro es previsible y encerrado en visiones dogmáticas. Ahí reside el valor de este profesor de universidades en Alemania, país donde nacieron en el siglo XIX las teorías que atravesaron todo el XX y que apenas ahora muestran sus debilidades y carencias.

Si el futuro no está predeterminado, la esperanza es un poderío de sentido y una potadora eficaz de ese futuro.

arturoguerreror@gmail.com

 

Chucho(95029)13 de mayo de 2024 - 08:30 p. m.
¿Todo tiempo pasado fue mejor? ¿Y en política?
Hernando(58851)11 de mayo de 2024 - 12:38 a. m.
Confieso q´ andaba equivocado y hoy don Arturo me corrige: que la cosa no es sentarse a ESPERAR que alguien guapo, trabajador, solidario, etcétera, me arreglara la vida, no la cosa es metiendo el hombro, claro.
Atenas(06773)10 de mayo de 2024 - 07:27 p. m.
Lugares comunes lo de ese tal filósofo coreano, Han. Sabe q’ pa darse gloria e imagen en sus teorías nada le resulta más fructífero q’ acusar y señalar a Occidente de las actuales desgracias de la especie; es, al menos, lo q’ deduzco de lo q’ nos trae Turo, pues siendo como es de origen de un pueblo vapuleado y de una región inhumana/ partida parece q’ todo lo omite sobre las autocracias de Euroasia. No le encuentro gracia a q’ pondere el estado de ánimo esperanza…….
  • Atenas(06773)10 de mayo de 2024 - 07:31 p. m.
    Viene…..Ya un viejo y trillado poema argentino bellamente decía: “Por la esperanza q’ a la vida nos lanza a vencer los rigores del destino”, más concreto y diciente no puede ser. ¡Cómo estás de alicaído,Turo!Atenas.
LOLA(59948)10 de mayo de 2024 - 05:03 p. m.
Qué buen texto, más que vlaro. La esperanza nos mantiene sanos y vivos.
bernardo(19305)10 de mayo de 2024 - 04:21 p. m.
La esperanza como antídoto contra los traficantes de utopías
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