Leí con detenimiento la publicación titulada “Por una mejor infraestructura para la cultura y el deporte”, con una sensación de indignación, por un lado, y con una sensación de pesar, por el otro.
Ibagué es una ciudad que no se merece un alcalde que invierte los recursos públicos en publirreportajes o en páginas “especiales” donde no se asoma el mínimo atisbo de franqueza y de sinceridad, que es lo que normalmente rige el ejercicio de rendición de cuentas.
¿Sabían, por ejemplo, que Ibagué es la capital con el mayor número de colegios en construcción financiados pro el Fondo de Infraestructura Educativa, cuyas obras no avanzan? Es decir, tenemos el mayor número de colegios estancados cuando la meta de país es ampliar la cobertura.
¿Sabían, por ejemplo, que en solo seis meses la Procuraduría General de la Nación ha emitido 21 requerimientos, formulación de cargos o aperturas de investigación al alcalde y a sus secretarios de despacho?
Solo es necesario que ingresen a la web y se entretengan con, ese sí, balance de gestión.
¿Tuvieron la oportunidad de estar en las fiestas? Las fechas que nos llenaron de orgullo en otras épocas, nos llenaron las salas de urgencias este año. Las riñas callejeras se salieron de control, las muestras de folclor se redujeron a peleas de guapos y varios ibaguereños perdieron la vida.
¡Y las vías de la ciudad! ¿Cómo podemos ofrecer a la ciudad como destino turístico y gastronómico si la malla vial es un atentado contra la vida?
Claro que entendemos lo que significa un publirreportaje o una página “especial”. Lo que se nos sale de toda comprensión es cómo un periódico que se le paró sin miedo a la mafia hasta el punto de ponerle el pecho a las balas y a las bombas hoy le da espacio a todo contra lo que ha luchado.
En Ibagué no estamos bien. En desempleo solo nos supera Quibdó, se nos va el gas, la luz, y el agua ya no nos alcanza. En lugar de abrir más puntos en salud, en las veredas, por ejemplo, se recorta el presupuesto y se cierran camas. La deserción aumenta y la salud mental se resiente.
Solo consultando algunas de las páginas de su mismo diario podrían darse cuenta de a quién le están haciendo eco a cambio de un pago. No, no todo vale.
Les escribo solo para informarles que entiendo qué es un publirreportaje pero ante una situación como la nuestra debería primar en el periódico el servicio social y la defensa de lo público.
Marco Hincapié. Diputado a la Asamblea del Tolima.
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com