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Educar para enfrentar el cambio climático

Columnista invitado EE: Alfonso Otoya*
13 de marzo de 2024 - 08:22 p. m.

El año pasado, para el 3er Foro de Educación Fundación Barco-El poder de la escuela frente al cambio climático, realizamos un sondeo de opinión a 847 estudiantes y 329 docentes de escuelas públicas, privadas, rurales y urbanas. Los resultados mostraron que el 78 % de niños, niñas y adolescentes sienten preocupación por el cambio climático y entienden su gravedad, pero no saben cómo afrontarlo, situación que los expertos definen como “Ecoansiedad”. En cuanto a los docentes, si bien el 55 % de los participantes considera que en su escuela se forma a los estudiantes para comprender el cambio climático, el 52 % aseguró sentirse desinformado sobre este tema. El desafío es claro: la educación sobre cambio climático debe ser parte de los planes de estudio y adaptarse a las particularidades de cada territorio y los contextos de cada comunidad.

Enero de este año fue un mes marcado por los incendios forestales en Colombia y los grandes esfuerzos de las autoridades por controlarlos. Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), se registraron 278 conflagraciones y 681 municipios en el país estaban en alerta roja de acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM). Se calcula que los incendios arrasaron con más de 7.400 hectáreas y las llamas alcanzaron ecosistemas protegidos como los páramos de Berlín y Santurbán en el departamento de Santander. Esta situación nos debe llevar a pensar soluciones enfocadas en la prevención para evitar llegar a estos escenarios usando nuestra mejor herramienta: la educación.

Este último punto es fundamental, ya que los efectos del cambio climático son más evidentes en la ruralidad. Según el sondeo, el 34 % de estudiantes y docentes aseguraron que han vivido en carne propia un evento climático extremo en sus propias aulas de clase. De hecho, un 51 % ha notado que sus colegios se han afectado por falta agua, daños en la infraestructura, inundaciones o exceso de calor en las instalaciones. Esta situación nos invita a todos los actores de la educación, públicos y privados, a construir un modelo de educación ambiental que se incorpore transversalmente a los planes de estudio de cada escuela de Colombia de acuerdo con su realidad.

Este modelo debe ser capaz de visibilizar los desafíos propios de cada región: erosión del suelo, deforestación, contaminación del agua, agotamiento de los recursos hídricos, pérdida de biodiversidad, uso insostenible de recursos naturales y acceso limitado a servicios ambientales. Dicho de otro modo, reconocer la diversidad geográfica de Colombia es esencial para la efectividad de cualquier modelo de educación ambiental. Las comunidades de la Guajira, del Amazonas y del Chocó, por ejemplo, enfrentan desafíos únicos que requieren enfoques personalizados. Mientras la Guajira lidia con la escasez de agua, el Amazonas se preocupa por la deforestación y el Chocó enfrenta amenazas a su biodiversidad.

La construcción de un modelo de educación ambiental no es una tarea sencilla Requiere de la participación de comunidades locales, escuchar sus experiencias y conocimientos tradicionales para lograr un enfoque integral. También es sumamente valioso poner el foco en las experiencias internacionales. Una investigación de la Universidad de Oviedo, publicada en la Revista Iberoamericana de Educación, comparó los modelos de educación ambiental de Francia, España e Inglaterra, y concluyó que el hecho de que la educación ambiental se tenga en cuenta en los planes escolares depende en mayor grado de la formación de los docentes. Este hallazgo se alinea con los resultados del sondeo de la Fundación Barco: los profesores necesitan con urgencia una formación complementaria en cambio climático.

Como sociedad debemos lograr acciones que nos permitan atender esta realidad ambiental. La educación, en este contexto y bajo un enfoque que entienda las realidades de cada comunidad es un vehículo efectivo para actuar frente al cambio climático.

* Director de la Fundación Barco

Por Alfonso Otoya*

 

Eduardo(55615)14 de marzo de 2024 - 03:15 p. m.
Desde luego, los programas educativos deben estar orientados a formar tanto a docentes como a estudiantes para afrontar esta problemática mundial.
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