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La enfermedad de vivir en Colombia

Gonzalo Mallarino Flórez
27 de marzo de 2024 - 02:05 a. m.

Siguen asesinando a los guerrilleros reincorporados y a los líderes sociales, casi todos los días. Termina uno de ver el noticiero por la noche y siente ganas de vomitar. Se siente enfermo de vivir en Colombia. Se siente humillado de ser colombiano. Se siente avergonzado y con ese movimiento de flujos y materias revolviéndose en el estómago y ascendiendo por el tubo gástrico.

Gonzalo Mallarino Flórez

Por Gonzalo Mallarino Flórez

Escritor. Autor de varios libros de poesia y de ocho novelas, de las que hacen parte sus célebres Trilogía Bogotá y Trilogía de las Mujeres. Es frecuente colaborador de importantes periódicos y revistas

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jorge(86724)29 de marzo de 2024 - 10:33 p. m.
De acuerdo
Carlosé Mejía(19865)29 de marzo de 2024 - 02:48 p. m.
Hace mucho que también me siento así: humillado por la clase dirigente de nuestro país que no ha sido capaz siquiera de sacarnos del feudalismo por estar robando y atropellando sin ningún propósito ni control...
Mario(84921)29 de marzo de 2024 - 02:19 p. m.
Hay muchos poblados dominados por el miedo. Se pueden ver en los viajes de semana santa. Primero matan a unos vecinos, luego se esparce la noticia, se genera el temor. Algunos policías se acorralan en infraestructuras pobres y ya acribilladas, parece que no reportan la situación. No se sabe a quién recurrir ni a nadie parece importarle. Mientras tanto, el presidente caza peleas, propone constituyente, y la gente se siente más sola porque a nadie parece importarle el temor que domina.
Marco(81260)29 de marzo de 2024 - 12:26 p. m.
Equivocado. También se construye. Y usted lo sabe muy bien. Otra cosa es que la oposición tenga tanto poder que borra lo que se hace y por eso también hay que hablar. Parece usted desesperanzado y lo peor es que convoca a la desesperanza. No, señor. Ahora es que hay que trabajar más y creer más.
Agtescribe(75000)28 de marzo de 2024 - 04:48 p. m.
Luego de la columna vienen los comentarios: Es un paisaje lleno de singularidades que hacen ver la caja de comentarios como una de frutas variadas puestas días al sol: el perfume se confunde con el hedor, el dulce con el vinagre, la vitamina con el veneno. Pasean ahí gusanos, insectos, aves y bacterias que consumen, picotean, desinfectan y defecan, cada uno en su conventillo de clausura mental, de traumas y "videos", excretando sus puses personales, la "materia", odios y amores. Qué circo somos!
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