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Dos caras del mismo monstruo totalitario

Mauricio Botero Caicedo
31 de julio de 2022 - 05:30 a. m.

Jaime Caycedo, secretario general del Partido Comunista de Colombia, la emprendió contra la periodista Salud Hernández, a quien le exigió que, en aras del “buen nombre” del Partido que preside, “rectifique” lo dicho por ella sobre el carácter criminal de la ideología comunista. Aunque no le llene al secretario, los comunistas han sido con los nazis los mayores criminales de la historia y la periodista, con toda la razón, rechazó rectificarse.

En 2019, por 535 votos a favor, 66 en contra y 52 abstenciones, la Unión Europea situó oficialmente al comunismo al mismo nivel que el nazismo, afirmando textualmente que “ambos regímenes cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones, y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad”. El comentarista español Paco Soto afirma: “En su obra Le Passé d’une ilusion (El pasado de una ilusión), el difunto historiador francés François Furet, gran especialista de la Revolución francesa, demuestra que el comunismo y el nazismo, como hace varias décadas ya denunciaron Raymond Aron y Hannah Arendt, son las dos caras de un mismo monstruo totalitario. Para Furet, los regímenes nazi y comunista recurren a las mismas prácticas criminales, someten a los individuos a semejantes coacciones e intentan forjar con sangre el “hombre nuevo” y el “superhombre” del mañana. Históricamente, el comunismo fracasó, pero existe una cultura política poscomunista que despierta simpatía en una parte importante de la izquierda… “Mientras el nazismo practicó el mal en nombre del mal, el comunismo practicó el mal en nombre del bien”.

En el libro Tierras de sangre: Europa entre Hitler y Stalin, el historiador Timothy Snyder revela que, entre 1933 y 1945, 14 millones de personas no combatientes fueron asesinadas por las políticas criminales de Berlín y Moscú en Europa central y oriental, víctimas de políticas monstruosas y no bajas de la Segunda Guerra Mundial. Para Snyder, el nazismo y el comunismo en sus diversas variantes, y no solo en su versión estalinista soviética, han sido, junto con el fascismo y los militarismos caudillistas, “las principales barbaries que ha vivido Europa en el siglo XX”. En su libro El imperio, el periodista polaco Ryszard Kapuscinski llega a conclusiones similares: “Si podemos establecer la comparación, el poder destructor de Stalin fue mucho mayor. La destrucción realizada por Hitler no duró más de seis años, mientras que Stalin empezó su terror en los años 20 y llegó hasta 1953. Su poder se mantuvo 30 años y la maquinaria de terror se prolongó mucho más. No es que Hitler fuese mejor, pero no tuvo tanto tiempo”.

La desaparición de 65 millones de chinos durante el mandato de Mao Tse Tung, según el historiador Stephane Courtois, supera largamente a la de los nazis y los comunistas rusos. Desde que Mao fundó la República Popular China, en 1949, el régimen no ha dudado en ejercer la violencia con el fin de preservar la hegemonía del Partido Comunista.

Apostilla: En una purga interna de la izquierda gobernante, Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España, fue fulminantemente destituido de su cargo como secretario de Estado para la Agenda 2030. La tajante defenestración de Santiago la adelantó la máxima dirigente de Podemos, Ione Belarra, quien dejó saber que el comunista no le producía la menor confianza. ¡Si a usted, doña Ione, no le produce confianza Santiago, a los colombianos ninguna!

 

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