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Wilson († 3/2/1924)

Ricardo Bada
02 de febrero de 2024 - 12:00 p. m.

“Voy a enseñar a las repúblicas sudamericanas a elegir hombres buenos”. Es una frase de Woodrow Wilson, antes de convertirse en presidente de los Estados Unidos entre 1913 y 1921. ¿Qué diría hoy a la vista del panorama en México, Cuba, El Salvador, Nicaragua y Venezuela? (Sin ir más lejos, como diría el impertérrito locutor de Les Luthiers). Es una buena pregunta cuando mañana se cumplen 100 años de su fallecimiento en Washington, siendo enterrado en la Catedral Nacional de la ciudad y convirtiéndose de ese modo en el único presidente del país cuyos restos reposan allí.

Tras firmarse el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial, fue el primer presidente de Estados Unidos en funciones que viajó a Europa, con la delegación norteamericana, para participar en la Conferencia de la Paz en París en 1919, el mismo año en que se le otorgó el Premio Nobel ad hoc. Por otra parte, es el único presidente en poseer un doctorado, en Historia, él, que le imprimiría su sello a esa misma historia con sus catorce puntos para asegurar la paz en el mundo y su visión de lo que a la larga han llegado a ser las Naciones Unidas.

Estuvo en contra de la posesión de colonias por parte de los Estados Unidos e hizo mucho por la independencia de las Filipinas, así como por mejorar el estatus de Puerto Rico, concediendo la nacionalidad estadounidense a los boricuas. Pero durante su doble mandato no dudó en enviar tropas de ocupación a México, Cuba, Haití, República Dominicana, Panamá, Honduras y Nicaragua, a la que convertiría de facto en un protectorado yanqui.

Se debe consignar también que era segregacionista y, como buen sureño, le gustaba hacer chistes de no muy buen gusto sobre los negros: siendo presidente de la Universidad de Princeton prohibió la admisión allí de estudiantes afroamericanos. Además, fue pionero en relación con el cine: el primer filme que se vio en la Casa Blanca es El nacimiento de una nación, de D. W. Griffith, una película racista, apología de la supremacía blanca, cuyo guion incluye una frase de Wilson elogiando al Ku Klux Klan como salvador del sur.

Wikipedia registra que el día anterior a su primera toma de posesión, Wilson esperaba que la multitud lo recibiera en la estación de ferrocarril a su llegada a Washington. Pero acudió más gente a la marcha por el sufragio femenino, que él rechazaba entonces. Y como luego tuvo en contra a la mayoría republicana en el Senado, que ni ratificó el Tratado de Versalles ni quiso que los Estados Unidos participaran en la Sociedad de las Naciones, Wilson terminó siendo una paradoja en vida: la del hombre que ganó la guerra y perdió la paz.

 

Mar(60274)03 de febrero de 2024 - 03:05 p. m.
Muy interesante.
Jose(91028)02 de febrero de 2024 - 11:57 p. m.
Gracias por educarnos.Yo sabìa nada de este supergringo
Fernando(01465)02 de febrero de 2024 - 03:50 p. m.
Muy interesante e instructiva columna, como siempre. Un hombre lleno de contradicciones, Wilson. Con rasgos aberrantes y otros admirables. Me parece que en eso se parece a T. Roosevelt.
hernando(26249)02 de febrero de 2024 - 03:36 p. m.
Wilson y sus circunstancias. Aunq muchos elementos normales en su tiempo son criticables hoy, tuvo mérito en buscar la paz.
Atenas(06773)02 de febrero de 2024 - 03:33 p. m.
Olvidó el columnista incluir en el actual incierto panorama al fétido presidente nuestro, quien por donde va deja una estela de chambonadas q’ lo hacen hoy el hazmerreír de los mandatarios viajeros. Como quiera q’ igual vivo en USA, en cierto sector dicen q’ W. Wilson, nativo de Virginia, fue un presidente más del molde sureño, segregacionista y machista. Y si se le compara con el horror q’ ha vivido Europa en casi 3 milenios, lo de este señor, y en apenas 150 años de vida republicana, es fútil.
  • Atenas(06773)02 de febrero de 2024 - 03:33 p. m.
    Comentario de Atenas.
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