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Marx y Lenin, admiradores de la burguesía

Tomás Molina
16 de febrero de 2024 - 02:05 a. m.

La propaganda política ha simplificado en exceso las posiciones de los grandes autores. Adam Smith se volvió un apologeta sin límites, casi infantil, del capitalismo, mientras Marx se convirtió en un crítico feroz que no hizo la menor concesión a dicho sistema.

Ambas caricaturas solo disfrazan intereses burdos y no coinciden con la evidencia textual. A pesar de eso, son defendidas con fervor por muchas personas, debido a que es lo que aprendieron de oídas o en la universidad, y les parece herético, incluso ignorante, que alguien proponga otra lectura.

Marx era ambivalente frente al capitalismo. Sus críticas no se olvidan nunca de la grandeza económica de dicho sistema económico. Esto parece contraintuitivo, pero hay pensadores marxistas como Bill Warren que continuaron ese legado, al punto de encontrar aspectos positivos en el imperialismo capitalista.

Es extraño que la visión común de Marx se conforme con la idea de que no admiró nada de la burguesía y el capitalismo, puesto que su texto más famoso, el Manifiesto comunista, es la prueba más bella y elocuente de que estaba deslumbrado con las dos cosas. En él, Marx explica que la burguesía tuvo un rol “verdaderamente revolucionario”, con lo cual quiere decir progresista.

En efecto, nos dice que “la burguesía ha producido maravillas mucho mayores que las pirámides de Egipto, los acueductos romanos y las catedrales góticas”. Destruyó el feudalismo, desgarró la ideología religiosa que permitía la explotación medieval, nos enseñó “cuánto podía dar de sí el trabajo del hombre”, llevó el comercio a todas partes del mundo y la civilización a los lugares más bárbaros.

(El último punto recuerda, por cierto, un pasaje del cap. IV de La riqueza de las naciones, en el que Smith dice que el comercio y las manufacturas gradualmente introdujeron el orden y el buen gobierno en lugares que antes estaban plagados por la guerra y la servidumbre).

La burguesía, para Marx, era digna de elogios superlativos.

Lenin, aunque era igualmente crítico del capitalismo, no solamente importó el taylorismo y el fordismo a la Unión Soviética sino que, junto a Stalin, llamó a los capitalistas estadounidenses para que les enseñaran a construir fábricas, represas e hidroeléctricas, cosa que hicieron. Hubo una enorme transferencia de tecnología estadounidense hacia la URSS de manera pagada. En otras palabras, los líderes revolucionarios hicieron un gigantesco negocio con los capitalistas estadounidenses.

Para 1927, por ejemplo, 85 % de los tractores soviéticos eran construidos por Ford. En 1931, las importaciones empezaron a disminuir porque los soviéticos producían tractores de diseño americano, en plantas pensadas por ingenieros estadounidenses como Albert Kahn (si usted quiere saber más, este artículo en inglés lo explica muy bien todo).

Stalin mismo dijo que “la combinación de la Revolución rusa con la eficiencia estadounidense es la esencia del leninismo”.

Si Smith era crítico de los empresarios, aunque fuera un defensor moderado de lo que él llamaba las “sociedades comerciales”, es decir, burguesas, Marx era un gran admirador de la productividad y eficiencia capitalistas, aunque fuese un crítico duro del capitalismo y tuviese una capacidad asombrosa para detectar todas sus fallas y contradicciones. Lo mismo puede decirse de Lenin.

A algunos les gustaría que estos grandes pensadores fuesen simples, caricaturescos, burdos como un bodeguero de redes sociales. Y se molestan cuando les dicen que no es así. Pero para nuestra fortuna dichos pensadores eran capaces de análisis complejos que detectaban las contradicciones y problemas incluso de aquello que admiraban.

Tomás Molina

Por Tomás Molina

Politólogo, doctor en Filosofía y profesor.platom___

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Bernardo(31155)18 de febrero de 2024 - 12:32 a. m.
(2) Errata: No sería el "capitalista" sino el capitalismo, quien se alimenta de las referidas tensiones.
Bernardo(31155)18 de febrero de 2024 - 12:31 a. m.
Esta columna tiende a lastimar a su autor desnudando su posible lejanía de Marx, al menos. Sin burguesía no habría proletariado. Y el Manifiesto Comunista convocado por Marx y Engels, sólo confirmaría que el capitalista se alimenta de las tensiones entre burgueses y proletarios.
Jesús(90019)17 de febrero de 2024 - 02:11 p. m.
Muy interesante
Eduardo Sáenz Rovner(7668)16 de febrero de 2024 - 04:48 p. m.
No en vano Engels afirmó: "Magnífica California, arrebatada a los mexicanos que no sabían que hacer con ella".
  • Eduardo Sáenz Rovner(7668)16 de febrero de 2024 - 07:18 p. m.
    Dora, lo leí hace como 30 años en un libro norteamericano sobre desarrollo económico. Como no tengo el libro conmigo exploré por internet. Encontré lo siguiente: https://www.workersliberty.org/story/2017-07-26/engels-mexican-american-war-week-1-imperialism
  • Dora(9m21a)16 de febrero de 2024 - 06:50 p. m.
    Me gustaría leer el texto o que Ud. Informara el sitio para consultar esta frase. Engels siempre me ha interesado pero nunca lei esto, a pesar de vivir a 18 kms de Barmen en NRW
  • Dora(9m21a)16 de febrero de 2024 - 06:42 p. m.
    Colombia "tampoco queria conservar el Canal de Panamá"...😏algo muy importante que olvida la hisoria
  • Eduardo Sáenz Rovner(7668)16 de febrero de 2024 - 07:26 p. m.
    En cuanto a Panamá, el Congreso colombiano dilató hasta que Theodore Roosevelt apoyó la separación. Dijo más o menos: "dejé a esos despreciables conejitos de Bogotá discutiendo and I took Panama". Imperialismo, por supuesto. Pero imperialismo que trajo desarrollo como lo habían establecido Marx y Engels en 1848. Usted mira las obras mediocres o "no obras" en Colombia (metro en Bogotá, la Línea, el Canal del Atrato anunciado hace 60 años) y se vuelve marxista-engelista.
bernardo(19305)16 de febrero de 2024 - 04:35 p. m.
Gracias a lo que nos trae Tomás hoy, es posible entender cómo unos sujetos disfrazados de marxistas-comunistas adoradores apasionados de una bandera roja, dirigen la sociedad capitalista más sanguinaria a la hora de explotar a sus trabajadores. Y hasta construyen infraestructuras -metros- en los confines del planeta.
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