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Condición estable

Gonzalo Silva Rivas
24 de diciembre de 2014 - 02:00 a. m.

La industria turística colombiana termina 2014 dando un parte alentador.

Evidencia una tendencia al crecimiento, con variables moderadas y en niveles parecidos a los del año pasado. Se sostuvo la presencia inversionista y creció el flujo de visitantes internacionales. Pero todavía falta largo trecho por recorrer y mayor decisión política del gobierno para sentir que efectivamente se ha puesto la camiseta de un sector económico estratégico que, por ahora, tiene más futuro que presente.

Basados en las referencias del primer semestre -según la Muestra Trimestral de Comercio Exterior de Servicios-, la exportación de viajes registra la mayor participación en este segmento. El sector contribuye con el 51.5% de las exportaciones totales en materia de servicios, y una de las razones de esa buena dinámica es que el flujo de turistas mantiene un indicador superior al 5%, cifra que esboza el promedio por el que oscila la progresión mundial.

Hasta agosto, según la ministra Cecilia Álvarez, el país recibió 2.666.255 visitantes no residentes, de los cuales 1’271.691 fueron extranjeros que arribaron vía aérea, 838.647 que ingresaron por las zonas de integración fronteriza, 202.913 viajeros de cruceros, y el resto -353.004-, correspondió a colombianos que viven en el exterior. La meta de 4 millones de visitantes internacionales trazada por el Ministerio quizás no se cumpla, pero es bastante posible que se coloque por encima de los 3.700.000 turistas recibidos el año pasado.

La entrada de divisas siguió su ritmo ascendente. El reto que tenía fijado el gobierno de alcanzar US$4 mil millones se superó con anticipación en 2013. El incremento gradual que señalan los indicadores permitiría ir madurando una captación histórica de US$6.000 millones para 2018.

La hotelería sigue creciendo en infraestructura, pero los porcentajes de ocupación caminan por zonas de riesgo. El fin del año podría marcar un porcentaje promedio de ocupación del 53%, semejante al del 2013, o quizá un punto por debajo. San Andrés, Bogotá, Cartagena y Medellín sobrepasan el 50% de la ocupación, mientras que en departamentos como Huila, Quindío, Nariño y Cundinamarca, las cosas no pintan tan bien, salvo que esta última temporada vacacional genere un comportamiento positivo que les permita nivelar en algo las esquivas cuentas.

No hay que olvidar, sin embargo, que el avance más significativo del sector turístico en el país se dio con el boom hotelero que arrancó en 2002, durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe, y que cambió por completo el escenario provincial de la hotelería colombiana para ponerla en niveles competitivos dentro del mercado internacional. Desde aquella época hasta este diciembre se han construido 30.217 habitaciones nuevas, con una inversión de $2.5 billones, y se han remodelado más de diez mil unidades. 2014 finaliza con una veintena de marcas corporativas globalmente reconocidas, que contribuyen con el posicionamiento turístico del país y con el incremento de los visitantes, pese a la debilidad de nuestro producto turístico, donde se localiza la principal falencia.

Otros progresos del año se apreciaron con el mejoramiento de la conectividad aérea y el desarrollo de la infraestructura aeroportuaria; con los esfuerzos promocionales liderados por Procolombia; la dinámica dada al Plan Sectorial de Turismo y los avances en emprendimientos.

Los indicadores de 2014 presentan un panorama consolador, con leve mejoría. Es decir, mantienen condición estable.

Adenda: A todos los lectores los mejores deseos por una Navidad feliz y un venturoso 2015.

gsilvarivas@gmail.com

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