Contra la tristeza

Beatriz Vanegas Athías
18 de julio de 2017 - 02:00 a. m.

Contra la tristeza, la esperanza. No la que yace eternamente en la caja de Pandora, sino la que nombró el poeta Ángel González y lo hizo decir que era una araña negra del atardecer que estaba agazapada bajo las piedras y las horas, y que finalmente haría nido en su corazón.

Contra la tristeza, la ilusión del nuevo día que se sacude a la derrota de la noche cuando el agua cae sobre el rostro o las primeras monedas en las manos del habitante de la calle.

Contra la tristeza, una carcajada que aplaste al odio, una mano amiga que te ayude de verdad y no simbólicamente o por guasap.

Contra la tristeza, una clase de ortografía y redacción que haga caer en cuenta a los estudiantes que las palabras no se las lleva el viento, porque las palabras que hieren al idioma por su bárbaro uso atentan para siempre contra el mundo y su equilibrio.

Contra la tristeza la contundencia de la no repetición de El Salado, Chengue, Confines, Barrancabermeja, Soacha, Mapiripán, Tierra Alta, Ituango, Caldono, Dabeiba, Uribia, Pájaro, Sotavento… Contra la tristeza, la vergüenza eterna que inunda cada corazón de un colombiano por permitir que sucedieran.

Contra la tristeza, la vergüenza de vivir como un títere. Contra la tristeza, la vergüenza de reconocer el engaño de un jefe y seguir detrás de él. Contra la tristeza, el desarme verbal.

Contra la tristeza, la certeza de que desde el 2016, y aunque parezca increíble, todos los estudios muestran cómo gracias al proceso de paz se han salvado miles de vidas y se salvarán decenas de miles.

Contra la tristeza el silencio que permita escuchar los diferentes colores que tiñen nuestro torrente sanguíneo: rosa de sexualidad sin ataduras; rojo de vida; naranja de salud y cuidado de sí; amarillo por la luz del sol; verde por la terca naturaleza que persiste en estar viva; turquesa por la magia y el arte que enfrentan al horror con clase y belleza; azul por la armonía (nada que ver con pájaros ultraderechosos) y violeta por la espiritualidad que va más allá de una camándula.

Contra la tristeza, desdén e invisibilización para los enanos mafiosos que se disfrazan de políticos.

Contra la tristeza, ayudar a los hombres a no temer a la sabiduría femenina.

Contra la tristeza, este conjuro de Pablo Neruda: “Tristeza, escarabajo / de siete patas rotas, / huevo de telaraña, / rata descalabrada, / esqueleto de perra: / Aquí no entras. / No pasas. / Ándate. / Vuelve / al sur con tu paraguas, / vuelve / al norte con tus dientes de culebra”.

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