Copa Davis

Antonio Casale
11 de septiembre de 2017 - 03:00 a. m.

La del próximo fin de semana será una gran oportunidad para clasificar al grupo mundial de la Copa Davis de tenis, cita en la que se encuentran anualmente las mejores 16 naciones del planeta y a la que Colombia nunca ha podido acceder.

Al frente estará Croacia, comandada por el temible Marin Cilic, finalista de Wimbledon, campeón del US Open en 2014 y actualmente entre los diez mejores del mundo. Pero el resto del equipo, que es actual subcampeón del certamen, es bien ganable. El número dos, Borna Coric, no viene; Ivo Karlovic, quien ganó en la altura de Bogotá el ATP 250, tampoco, pues se retiró del equipo. Viktor Galovic, el segundo jugador para sencillos, ocupa el puesto 244 del mundo. Es habitual en torneos Challenger, por lo cual no está acostumbrado a jugar bajo presión ni con público. Debutará en Copa Davis. La nómina croata la completarán Nikola Mektic y Franco Skugor, 32 y 43 del mundo en dobles, respectivamente.

Por los nuestros estará Santiago Giraldo como raqueta número uno. El risaraldense ha privilegiado la Copa Davis por sobre todas las cosas. Su ranquin se aleja cada vez más del top 100, no ha tenido un buen año, pero ante Chile, en el partido definitivo ante la promesa del tenis de ese país, Cristian Garín, sacó lo mejor de su repertorio. Giraldo de local en Copa Davis normalmente se supera. En su palmarés ya cuenta con una victoria ante Marin Cilic. Fue en Ginebra en 2015. En dobles, Colombia tendrá que gestionar la ausencia de Robert Farah por lesión. En su lugar estará el siempre luchador Alejandro Falla acompañando a Juan Sebastián Cabal. En Bogotá ha conseguido varios de sus mejores resultados. Por último, el capitán Pablo González debe estar meditando si cambiar o no a la raqueta número dos.

Originalmente nombró a Alejandro González, que no ha tenido un buen año pero ya sabe lo que es jugar Copa Davis, un capítulo aparte en el tenis. Pero Daniel Galán sorprendió al llegar a la final del torneo Challenger que se llevó a cabo en Bogotá la semana pasada, en el mejor resultado de su carrera. El tenis es de rachas y la Copa Davis le llega en curva ascendente. Además, el santandereano a sus 21 años representa el futuro del tenis nacional. Me la jugaría por Galán.

El otro factor desequilibrante será el público. Es necesario llenar la plaza de toros. La Copa Davis es conocida porque el público, a diferencia del resto de torneos, tiene más licencias para meterse.

Otro punto importante es la pelota. Para aprovechar la altura y ahogar a los croatas, Colombia escogió una bola despresurizada, más lenta tanto en el aire como en el rebote, a la que es difícil sacarle efectos.

No hay mañana, tal vez esta sea la última oportunidad de acceder a la élite de un deporte al que las grandes potencias, a diferencia de Colombia, le invierten mucho dinero. Se puede.

 

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