De la embajada israelí sobre una columna

Cartas de los lectores
19 de enero de 2017 - 02:00 a. m.

De la embajada israelí sobre una columna

Le escribo con referencia a la columna publicada el 9 de enero y titulada “Israel, Palestina y la solución biestatal”, respecto a la cual me permito hacer las siguientes aclaraciones:

La resolución 2334 adoptada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, además de ser destructiva para la paz e inequívocamente hostil contra Israel, no contempla solamente los asentamientos sino habla también de “prevenir todos los actos de violencia contra los civiles, incluidos los actos de terror”.

Además, los asentamientos en territorios en disputa no son el único tema que hay que resolver, y enfocarse en éste afecta la posibilidad de llegar a un acuerdo permanente. Cualquier acuerdo de paz deberá incluir, entre otros, temas como fronteras, refugiados de ambos lados y seguridad, así como la gestión de Jerusalén, cuyos lazos ininterrumpidos e irrompibles con el pueblo judío son innegables, a pesar de los esfuerzos fútiles de los palestinos de pretender lo contrario. Esos temas se pueden resolver solamente a través de negociaciones directas entre las partes, como han mostrado negociaciones de paz en otras regiones, desde Irlanda del Norte hasta Sudán del Sur.

De una manera extraña, antes de 1967 no existían asentamientos e igual no había paz con los palestinos. Pero sí había terrorismo: terrorismo del tipo que hemos visto en Jerusalén apenas dos días antes de que este artículo fuera publicado y que además éste ignora por completo. Terrorismo que los palestinos de todos los sectores, a partir de Hamás, siguen alabando, mientras festejan la muerte de israelíes inocentes con repartición de dulces en las calles de Gaza y Ramallah.

En fin, el conflicto nunca ha sido sobre un Estado palestino. Los palestinos han tenido muchas oportunidades de establecer un Estado y han huido de las negociaciones una y otra vez, desde Camp David en 2000, con el primer ministro Olmert en 2008, y en París y Washington en 2014. Israel, por su parte, nunca ha abandonado la idea de dos estados para dos pueblos y durante muchos años ha hecho concesiones para acercar a los palestinos a la mesa de negociación. Incluso el congelamiento de construcción en los asentamientos y el retiro de Gaza. Israel ha dicho y continúa diciendo que sí a cualquier oportunidad, en cualquier momento y lugar, para tener negociaciones directas con los dirigentes palestinos sin condiciones previas.

El argumento entonces es realmente invertido: la creación de un Estado palestino depende de su capacidad de tener relaciones pacíficas con Israel. Los líderes palestinos deben dejar de alentar el terrorismo, detener el discurso de odio y dejar de educar a los niños a odiar. Deben reconocer a Israel como Estado nación del pueblo judío y estar dispuestos a vivir junto a Israel, en lugar de buscar reemplazarlo. Esto es el mayor impedimento para lograr la paz: creer o mantener lo contrario es ilusorio.

Marco Sermoneta. Embajador de Israel.

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