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De locomotoras a carretillas

Ernesto Macías Tovar
26 de febrero de 2013 - 11:00 p. m.

De un caficultor del Huila: "el presidente Santos dice tantas mentiras que se sonroja cuando le pillan una verdad". Y no exagera, porque la gran mayoría de los colombianos, según las encuestas, cada día le creen menos al Jefe del Estado.

El Presidente dice que el país va muy bien, pero: los cafeteros afrontan la peor crisis de las últimas décadas, los cacaoteros se declararon en quiebra, los arroceros atraviesan graves dificultades, los ganaderos dicen que no aguantan más, los transportadores están al borde del abismo, los medianos y pequeños industriales se han visto obligados a despedir empleados y a bajar producción, la violencia recrudeció, y siga y siga.

Una verdad a medias de Santos: “Nos estamos desatrasando en infraestructura de tantas décadas…”; pero no dijo cuándo comenzó el desatraso ni cuándo se paralizó. Porque este gobierno encontró la locomotora vial rodando a 200 km por año; no de otra forma hasta agosto de 2010 se habían construido mil kilómetros de dobles calzadas, las mismas que está inaugurando el actual gobierno; cinco mil kilómetros contratados, e intervino más de siete mil en vías terciarias. Pero llegó el nefasto ministro Cardona y la frenó por completo.

Además de paralizar las obras que venían en ejecución, se dedicó a mirar por el retrovisor y a contratar estudios. Cambió la modalidad de contratación y el nombre a los proyectos, lo cual encareció las obras porque acabó con el equilibrio contractual, no le importó el sobrecosto del tiempo perdido, los nuevos precios del combustible, el predial, etc. Es decir, son exagerados los sobrecostos.

También, se embarcó en tres años de estudios inoficiosos porque el cacareado paquete de concesiones ($40 billones) anunciado terminó con un modelo similar o igual al concesional del gobierno anterior. Y algo que era muy bueno, pagar por obra terminada, se convertirá en la mayor causa de pleitos, sobrecostos y frustración en el futuro, al no tener licencias ambientales, comprados los predios ni tramitados los permisos. Hoy, dos años después, del paquete ($40 billones) que supuestamente licitaría este año apenas están en precalificación los primeros proyectos (Pág. Cuarta Generación) lo cual significa que antes de tres años no vamos a ver nuevas obras. Todo ha sido un sofisma y las poderosas locomotoras del gobierno quedaron convertidas en carretillas.

Las mentiras de este gobierno producen risa. La semana anterior la Ministra de Transporte se fue de recorrido por vías de la Costa e hizo algunos comentarios absurdos a la prensa. Dijo estar sorprendida por el retraso de las obras, cuando ella viene de manejar el Fondo de Adaptación, responsable de repararlas. Y se asombró por la agreste topografía que cruzan nuestras vías. Qué diferencia, el ministro Andrés Uriel Gallego sabía del sector y conocía el territorio nacional palmo a palmo. Y, para redondear la faena, al llegar a Aguachica se sumó a la caravana el presidente Santos quien en uno de sus ataques de populismo le dio por manejar un bus. Y no faltaron los apuntes de algunos periodistas agudos que dijeron: “a Santos le llamó la atención el bus, no por el panorámico sino por los enormes retrovisores”.

@emaciastovar

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