De los líderes y su permanencia en el poder

Los Estados de avanzada y las grandes compañías tienen algo en común. Por un lado, establecieron planes de largo plazo y por otro es que detrás de la ejecución de esa estrategia, han tenido grandes líderes. Pero ¿qué tanto influye un líder en una compañía o en un Estado? y ¿cuál es la medida perfecta en términos de tiempo en su permanencia en el poder? Son estas unas de las preguntas que muchas compañías y algunos países deberían empezar a responderse.

En la historia existen muchos ejemplos de cómo un país logró dar de qué hablar en el presente. Para ello mucho fue el camino que tuvieron que trasegar. Uno de estos caminos inició en la planeación estratégica del Estado, la que necesariamente es sinónimo de largo plazo. Quiénes estuvieron detrás de la creación y de la implementación de la planeación estratégica, son a quienes se les puede atribuir la definición de verdaderos líderes.

En el ámbito empresarial, una buena de medida de éxito es precisamente la rentabilidad y por supuesto la perdurabilidad y que ésta que está relacionada íntimamente con la sostenibilidad con su ecosistema. Pero detrás del éxito de las grandes corporaciones y de los grandes emprendimientos siempre hay una planeación estratégica y de largo plazo. Sin duda detrás de ésta siempre hay un líder.

Claramente el líder por sí sólo no puede diseñar y ejecutar una planeación estratégica. Así las cosas, ese gran líder ha tenido y sigue teniendo colaboradores que hacen posible la ejecución. Qué tanto trasciende un líder en sus colaboradores y por ende en la organización, es uno de los cuestionamientos, que dependiendo de las respuestas, se podrá demostrar si estamos al frente de un verdadero líder o quizá de un jefe. La tarea entonces es descubrir los verdaderos líderes y que sus liderados sepan elegirlos. Por su parte el líder debe tener siempre presente que haber llegado allí no ha sido por sí sólo sino por sus liderados, consecuentemente su liderazgo no le permitirá perpetuarse en el poder.

En el ámbito político, la cuestión es entonces descifrar el desafío de qué fue primero, el huevo o la gallina. Esto es, si los ciudadanos son unos bueno liderados sabrán descubrir no sólo las intenciones políticas (corto plazo) sino qué tanto sus planes de gobierno se ajustan a una estrategia de largo plazo. La pregunta del millón es si los ciudadanos somos unos verdaderos liderados o simplemente unos votantes corto placistas. Así las cosas, es el Estado el que debe garantizar la elección de buenos líderes. Para ello se necesita una educación competitiva. En el caso latinoamericano, ameritará una reforma estructural en esta materia.

En el ámbito empresarial, las planeaciones estratégicas deben tener claramente definido los planes de sucesión en los cargos de liderazgo. Estos planes no sólo hay que tenerlos establecidos sino que también se deben divulgar. Normalmente, las grandes compañías tienen políticas claras de los períodos máximos en el liderazgo de las organizaciones. En lo que normalmente fallan es en la divulgación de los términos al interior de las organizaciones. En la medida que esto se corrija en el tiempo, mejores ejecuciones de las planeaciones estratégicas se llevarán a cabo, pues no sólo los liderados tendrán claro los planes de sucesión sino que el líder tendrá claro que jamás podrá perpetuarse en el poder.

Así las cosas, los modelos tanto privados como estatales tienen mucho que aprender uno del otro. Por un lado en el sector privado se debe tener claro que la perpetuidad en el poder no es posible, es por esto que los Estados realmente demócratas tienen período de tiempo establecidos para sus gobernantes. Por su parte el Estado debería aprender del sector privado el diseño y ejecución de planeaciones estratégicas. Con esto lo que se busca es garantizar continuidad de la planeación estratégica, pero no de los individuos detrás del poder.