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Defender el lugar

Antonio Casale
17 de marzo de 2013 - 08:38 p. m.

Semana de eliminatorias al Mundial. Al frente del equipo de todos estarán Bolivia y Venezuela.

 Sin duda hay una gran oportunidad de sumar seis puntos que dejarían a Colombia muy cerca de regresar al máximo certamen.

Hasta aquí todo ha sido bonito. Pékerman ha logrado conformar un equipo acorde con las armas con las que cuenta, ofensivo y ganador. Ha vinculado a jugadores que han resultado claves para la obtención de los logros, como James Rodríguez, Carlos Valdés y Edwin Valencia. Además ha ganado en velocidad con Cuadrado. Esos hombres no eran tenidos en cuenta en anteriores procesos y con ellos, más la base del juvenil de 2003 y 2005, ha construido un equipo alegre y convencido. El argentino ha sabido liderar al grupo, haciendo sentir a sus jugadores como si estuvieran en su hábitat natural europeo. Mientras tanto, los colombianos nos hemos vuelto a enamorar, después de muchos años, del equipo que nos representa. Pero ojo, tradicionalmente a los nuestros les cuesta mucho trabajo vencer a quienes sobre el papel son inferiores.

Por un lado está Bolivia, con hombres de trayectoria local y algunos pocos con buen presente internacional. Es de suponer que el calor barranquillero haga que los del altiplano se sientan incómodos. Aunque muchos presumen una victoria fácil, la historia dice lo contrario. La mayoría de veces en que se han enfrentado por eliminatoria en el formato de todos contra todos, siendo Colombia local, los nuestros han salido victoriosos, pero sufriendo más de la cuenta, salvo el 3-0 rumbo a Francia-98. Los bolivianos, en cambio, no son malos visitantes; en años recientes han arañado empates en Brasil y Argentina. Sus clubes de cuando en cuando han sorprendido a los nuestros, como San José a Millonarios; incluso el propio Júnior perdió como local el año pasado, en el Metropolitano frente a Bolívar. Es la oportunidad de los seleccionados para demostrar que, sin importar el rival, Colombia sale con la misma idea siempre. Un exceso de confianza, tradicional en la historia patria, puede ser muy costoso.

Por el otro lado está Venezuela. Otrora empatar allá les costaba el puesto a los entrenadores, como le sucedió a Luis Augusto García tras empatar a dos goles en la eliminatoria para 2002. Pero ya aprendimos que ese miniclásico es, tal vez, el juego de visitante mas difícil de afrontar. De hecho, en el camino a Sudáfrica el equipo de todos fue presa fácil de los venezolanos, quienes ganaron con cierta facilidad dos goles a cero a la misma base de hoy. La ventaja está en que Venezuela tiene menos margen de error y llegará a Puerto Ordaz tras enfrentar a Argentina de visitante. Una lógica victoria gaucha obligaría a los dirigidos por Farías a salir a buscar el juego frente a los nuestros, lo cual potenciaría nuestras mejores armas.

Es cierto que el proceso Pékerman arrancó con la soga al cuello y ha conseguido victorias importantes, jugando bajo presión. Pero no es momento de bajar la guardia. Por el contrario, hay que defender el lugar conseguido hasta ahora.

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