Del embajador de Ecuador

En El Espectador del 3 de septiembre de 2014 aparece el editorial “Medios y democracia”, sobre los motivos que llevaron al cierre del periódico Hoy de Ecuador.

Comparto la idea básica de la introducción teórica del editorial sobre la libertad de expresión como derecho imprescindible de la ciudadanía en una democracia, pero discrepo no solo en el calificativo de “antipática” a la Ley de Comunicaciones de Ecuador, sino en el concepto negativo que algunos propietarios de los medios han difundido acerca de la misma.

Nuestra ley señala con claridad en su Artículo 17 que “todas las personas tienen derecho a expresarse y opinar libremente de cualquier forma y por cualquier medio, y serán responsables por sus expresiones de acuerdo a la ley”; y en el 18 —algo que nunca estuvo legislado en el país—, que “queda prohibida la censura previa por parte de una autoridad, funcionario público, accionista, socio, anunciante o cualquier otra persona que en ejercicio de sus funciones o en su calidad revise, apruebe o desapruebe los contenidos previos a su difusión a través de cualquier medio de comunicación, a fin de obtener de forma ilegítima un beneficio propio, favorecer a una tercera persona y/o perjudicar a un tercero”.

De ninguna manera el gobierno es el causante del cierre de ningún medio de comunicación, menos aún de Hoy, que fue, en algún momento, símbolo de lo que es el periodismo ejercido con ética y profesionalismo. El diario Hoy ha reportado, según datos de la Superintendencia de Compañías, más de 10 millones de dólares de pérdidas económicas desde 1999; además, Hoy tuvo una mora patronal con el IESS (Instituto Ecuatoriano de seguridad Social) de US$865 mil, mora que constituye un perjuicio directo a sus trabajadores. En julio de este año, Hoy mudó a la plataforma digital, pero terminó siendo un negocio inviable por falta de accionistas, anunciantes y suscriptores, bases indispensables de las empresas periodísticas.

En Ecuador existen 209 medios impresos registrados. Los periodistas profesionales tienen un salario mensual básico de US$800, mientras que quienes no poseen título tienen uno de US$670. En Ecuador no ha habido periodistas asesinados ni perseguidos debido al ejercicio de su profesión. Y, si usted revisa las páginas —impresas o virtuales— de ciertos medios, estas contienen epítetos que, muchas veces, rayan en la ofensa personal contra el presidente y funcionarios gubernamentales y, contra los hechos, son los mismos medios que se quejan de la falta de libertad para opinar.
Respeto, como el que más, la opinión editorial del diario, pero no la comparto.

Raúl Vallejo.
Embajador de Ecuador.

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