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Derechos reservados

Ricardo Bada
27 de febrero de 2015 - 04:01 a. m.

Hace poco encontré en Twitter el siguiente trino: «Que la Real Academia Española ponga al pie de cada definición “ Todos los derechos reservados” es un rasgo de humor digno de Ionesco». Me gustó tanto que lo incluí en mi antología mensual de trinos para la revista mexicana Nexos. Pero entretanto he reflexionado sobre el tema.

Es evidente que a primera vista, el hecho de que la RAE, al pie de cada definición, advierta que todos los derechos están reservados, parece una frase del teatro del absurdo. Y lo sería si la advertencia supusiera reservar los derechos al uso de la palabra definida; pero no, los derechos que la RAE se reserva son los que atañen a su definición de la palabra. Y hace bien en reservárselos. porque definir es una actividad harto compleja y nada fácil.

Lo comprobarán si me siguen en este ejemplo, que me propuse sin mirar antes su definición en el Diccionario. Algo sencillo, me dije; la palabra “mesa”. ¿Cómo la definiría yo? Y escribí lo siguiente: «Mueble multiuso de diversos tamaños, consistente en una superficie plana (cuadrada, rectangular, redonda, ovalada) sostenida por cuatro o más patas excepto en el caso de que esté adosada a la pared, donde bastan una o dos patas».

Y ahora, en vez de seguir leyendo esta columna, les sugiero que escriban su propia definición antes de saber cuál es la académica, y la comparen luego con ella, como hice yo con la mía.

Pues bien, la Docta Casa le adjudica 14 acepciones, pero la que nos importa en este caso es la primera: «Mueble, por lo común de madera, que se compone de una o de varias tablas lisas sostenidas por uno o varios pies, y que sirve para comer, escribir, jugar u otros usos».

Bien se ve dónde saltan las liebres de las diferencias entre mi definición y la de los académicos. Yo me olvidé de que hay mesas no adosadas que también se sostienen en una sola pata, y para mi manera de entender el idioma la mesa tiene patas y no pies, está admitido por la propia Academia en la segunda acepción de la palabra “Pata; Pie de un mueble”. Por otra parte, dejé de mencionar el material de que suelen estar hechas, pero resolví con una sola palabra, “multiuso”, lo que la Docta Casa necesitó diez. Y ella sólo habla de que se componen de una o de varias tablas lisas, pero no especifica su forma geométrica, lo que me parece importante.

En suma, cuando la Academia se reserva el de todos los derechos se está refiriendo única y exclusivamente a aquellos que le corresponden por su definición. Sobre el idioma como tal, los únicos que tenemos el derecho de usarlo, desusarlo, cambiarlo, convertirlo en poesía o trino de Twitter, somos nosotros, sus hablantes y escribientes, sus legítimos dueños.

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