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Desarrollemos la ciencia y la tecnología

Hernando Roa Suárez
01 de agosto de 2012 - 12:05 a. m.

Los sectores conscientes de Colombia y América Latina, tenemos la gran responsabilidad de incorporar, a las distintas etapas del proceso de enseñanza-aprendizaje, la investigación científico-tecnológica.

Los puntos nodales de la Historia de la historia de las ciencias, nos indican la trascendencia de esta labor.

Observaciones iniciales. De tiempo en tiempo, las comunidades científicas colombianas se han manifestado reclamando su necesario fortalecimiento en diversas instancias y específicamente en la presupuestal. En 1969, en Santiago de Chile, el magnífico y reconocido científico social Celso Furtado nos manifestó, al presentar su libro América Latina desde la conquista hasta la revolución cubana, que “la nueva división internacional del trabajo era entre productores y consumidores de ciencia y tecnología”. Coetáneamente, un estadista -que se preparó 40 años para llegar a la Presidencia de la República- Carlos Lleras Restrepo, empleando su voluntad política y experiencia, había concretado la fundación de Colciencias. Él estaba bien informado y asesorado para tomar las grandes decisiones de autoridad en beneficio de la Nación.

Han transcurrido casi cinco decenios y uno de los serios talones de Aquiles del desarrollo colombiano, ha sido la ignorancia en el manejo de la variable científico-tecnológica, por parte de algunos gobernantes y políticos corruptos. La información confiable disponible sobre el tema, es vergonzosa. Estamos al nivel de los más atrasados en América Latina. El testimonio y las reflexiones de las comunidades científicas, y el aporte específico de Rodolfo Llinás, sobre la problemática, son realmente alarmantes y desafiantes.

¿Qué hacer entonces frente al futuro de nuestro desarrollo científico y tecnológico? Como una contribución para el debate, me permito presentar unos puntos de vista generales, para evitar la epistetanatología; es decir, la muerte de la ciencia.

Aspectos para implementar políticas públicas. Presento entonces, dieciocho propuestas, en diversas instancias, -que deben ser planeadas cuidadosamente para hacerlas viables- y, si hay conocimiento de la realidad y voluntad política, cristalizarlas. Estudiémoslas con conciencia crítica.

i-Impedir que desde la niñez hasta los posgrados y la educación permanente, en que debe consistir nuestra existencia, se desperdicie nuestro talento con la cotidianidad que seguimos observando. ii-Buscar y producir, para la mayoría de la población, un estado de desarrollo biológico, que le permita el devenir normal de su cerebro y sus facultades mentales. iii-Ampliar las condiciones que impulsen la realización práctica de las libertades públicas y particularmente, crear situaciones favorables para fortalecer las de investigación, información, crítica y enseñanza. iv-Replantear los recursos de las regalías, para reestructurar significativamente el porcentaje del producto interno bruto, dedicado al desarrollo científico-tecnológico.

v-Impulsar el respeto y la admiración por los intelectuales críticos y creativos. vi-Arbitrar el soporte presupuestal encaminado a realizar la investigación básica y aplicada. vii-Fortalecer la organización del sistema científico-técnico colombiano, de tal manera, que se permita una remuneración estimulante para los investigadores. viii-Convocar a los responsables de los medios de comunicación para que en sus programaciones incluyan aspectos notables del desarrollo científico-tecnológico contemporáneo.

ix-Difundir, a través de los medios de comunicación (prensa, radio, cine, televisión y redes sociales), los resultados y procesos científicos orientados a la solución de los problemas colombianos prioritarios. x-Fomentar una atmósfera ideológica que favorezca, desde la niñez, el surgimiento de científicos en todas las disciplinas. xi-Premiar y estimular la originalidad e innovación. xii-Expandir la conciencia de que la administración y su aparato respectivo, deben estar al servicio de quienes dirigen, coordinan, asesoran y ejecutan actividades científicas.

xiii-Promover el establecimiento de laboratorios, centros de cómputo y de documentación, dotados de la infraestructura necesaria, para la realización de las respectivas investigaciones y experimentos. xiv-Apoyar las publicaciones especializadas de las organizaciones y asociaciones universitarias, profesionales y científicas. xv-Retomar el papel asesor de las Academias y de las comunidades científicas, para fundamentar y orientar adecuadamente, los puntos básicos de nuestro desarrollo científico-tecnológico. xvi-Revisar, compilar y difundir cuidadosamente, los resultados de los estudios realizados por distintos científicos y que quedaron plasmados en la revista: Ciencia, Tecnología y Desarrollo, editada por Colciencias, hasta el volumen 13 No. 1-4.

xvii-Fomentar una política de paz universal y nacional, entendida como ausencia de violencia abierta y estructural; y xviii-Generar las condiciones para que la mayoría de la población esté en posibilidades de realizar su existencia: trabajando, pensando, recreando y siendo...

Comentarios finales. El momento político contemporáneo, es significante para emplear –con visión de futuro- la voluntad política y reformular nuestro desarrollo científico tecnológico* . Se trata de definir y presentar políticas públicas sobre lo que importantes colombianos (Rafael Uribe Uribe, Alfonso López Pumarejo, Alberto Lleras, Carlos Lleras, Jorge Eliécer Gaitán, Luis Carlos Galán…) denominaron grandes propósitos nacionales. Y es evidente en nuestros días, para la intelligentsia colombiana, que el desarrollo científico tecnológico es vital al respecto. Tomar las decisiones políticas que permitan plasmar un nuevo ambiente propicio a las medidas sugeridas, es contribuir al surgimiento ampliado de las vocaciones científicas.

De la lectura de las propuestas enunciadas, puede inferirse cómo, actualizar a Colombia en la concreción de ellas, es un problema complejo, interdisciplinario y costoso que implica la convocatoria de los más preparados, éticos y comprometidos, en nuestro proceso de desarrollo científico-tecnológico. La convocatoria consensuada de los sectores público y privado al respecto, es decisiva.

Estamos invitados a debatir en torno a estas ideas y a ponerlas a prueba frente a una juventud que ama, que siente, que anhela... que está en búsqueda de un racionalismo vibrante y profundo; con capacidad de observar, describir, explicar, predecir y transformar la realidad que nos entorna. Cuán grato seguir trabajando con actitud científica y la seguridad de los aprendices del conocimiento universal que, con conciencia universitaria y sentimientos actualizados, buscamos revelar la realidad y transformarla con espíritu solidario.

*Los aportes de la nueva Ley de Ciencia y Tecnología, fueron significantes; pero se presenta conveniente replantearlos y profundizarlos. 

roasuarez@yahoo.com

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