Desde el desayuno

Iván Mejía Álvarez
11 de febrero de 2017 - 02:02 p. m.

Dos fechas del campeonato y la Liga ya registra una demanda de partido por supuesta mala inscripción de un jugador, tres juegos aplazados, la protesta generalizada por el estado de algunas canchas y uno que otro arbitraje dudoso. Es, dirían algunos, una liga dinámica, con movimiento, en efervescencia. Es, dirían otros, el síntoma claro del desorden institucional que ronda a la Dimayor. Que cada elija la versión que más le guste.

Águilas está en todo su derecho de interponer el recurso pertinente contra la alineación de Martínez Borja. América asegura que tiene todos los documentos en regla. Les corresponde a las comisiones pertinentes que tiene la Dimayor estudiar y fallar en derecho, tan solo en derecho, el tema. Mal haría en prejuzgar sin disponer de los elementos de juicio y, además, el periodista no está para esos menesteres, así en Colombia haya hecho carrera que los gurús de la comunicación levantan y entierran a las personas y entidades.

Lo de los aplazamientos no tiene razón de ser. Nacional debió jugar la primera fecha y cuando se elaboran calendarios se deben prever las consecuencias de las diferentes participaciones internacionales. Es necesario ir haciéndose a la detestable idea de un torneo lleno de partidos aplazados por todo tipo de razones, incluidos los caprichos directivos y los favorecimientos a determinados equipos.

La cancha de Tunja es una vergüenza. Llena de hongos, con redondeles donde no hay césped, mal podada, con promontorios que se confabulan con esa pelota saltarina de color impresentable que se pierde en la pantalla. Señores, esto es fútbol profesional, esto no es un torneo de rodillones, la gente paga por ver el espectáculo y lo primero, aparte de los buenos protagonistas, es el escenario. Así como Iván Novella, el gerente de la Dimayor, vetó la cancha de Tuluá, tendría que haberlo hecho con la de Tunja. No es apta, no es idónea para jugar fútbol profesional. Las condiciones de Neiva y Cartagena no son las mejores y los gramados dejan mucho que desear. La de Floridablanca es regular, pero aguanta, y las iluminaciones de Ibagué y Floridablanca son muy malas.

De los arbitrajes, es tema manido y reiterado. Las cosas por la Comisión Arbitral no marchan bien. La mano de González Alzate, el sátrapa de la Difútbol, se vuelve a sentir en la conformación del ente arbitral y la presencia de algunos sujetos con dudosos pasados en el tema alerta a los equipos.

Tan solo van dos fechas y ya hay de todo eso en la Liga. O muy dinámica o muy desorganizada. ¿Usted qué piensa?

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