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Destino

Columnistas elespectador.com
13 de agosto de 2012 - 11:00 p. m.

A Sam Walton, quien fundó las tiendas Wal-Mart le informaron que las acciones habían bajado de precio, a lo cual contestó, algo así como: "los almacenes están, los productos están, los camiones están", y siguió adelante su camino.

Su preocupación era otra, le importaba vender. Hoy en día, los Estados Unidos están en grave crisis, pues tiene un desempleo del 8.3 % a Julio de 2012; lo cual afecta la economía, y sobre todo la autoestima de las personas. Un 8.3% es bajo para nuestros estándares, pero no para ellos.

Mucho se está comparando últimamente a Estados Unidos y China con el argumento válido de que esta última será la economía más grande el mundo. La gran diferencia entre ambas potencias es que Estados Unidos es una economía desarrollada y la China aun no lo es. Los primeros tienen casi todo lo material, es una sociedad de consumo que luego de la segunda Guerra Mundial se desarrolló aun más con los avances tecnológicos, mientras la otra con un sistema comunista optó por otro camino. Cuando Mao Tse -Tung llegó al poder a la China continental en 1949, la empezó cambiar en lo económico y lo político. Optaron por el sistema comunista enfocado en el campo.

Los Estados Unidos son un país libre, a tal punto que se venden armas a los mayores de veintiún años, por poner sólo un ejemplo. Tienen muchas leyes que en un país de América Latina serían impensables. China el año pasado salió airosa como ganadora del país que más ejecutó personas. En el 2005 ejecuto más de 10,000. Para el país de oriente el camino es largo si quiere ser aun más poderoso de lo que ya es, y el camino no es eliminando a su propia gente, el camino es la democracia que va de la mano con el libre mercado. En eso están, pero aun no llegan. Cuasi democracia, cuasi libre mercado.

La economía China es enorme, sin embargo, los Estados Unidos son más ricos, pues las personas tienen un mayor poder adquisitivo. Ese es el gran punto. A China le falta mucho camino por recorrer para que su gente logre el estilo de vida de los norteamericanos. Están en el camino, pero aun no lo adquieren. Para que una economía sea más justa debe abarcar a todos los ciudadanos, no solamente a unos cuantos; las oportunidades deben ser para todos, no para unos privilegiados. Todos deben poder hacer que sus vidas sean útiles, independientemente del color de la piel, de las tendencias y de lo que piensen. Los americanos dieron el paso más rápido que muchos otros, y les funcionó el sistema abierto de vender caro y comprar barato.

El tema pues, no es quien es más grande en lo económico a cualquier precio, es quien es más justo con las personas. China optó por un camino y seguramente lo logrará ser la economía más importante, pero ello a un costo muy alto para su masa. Los estadounidenses parecen ser más avanzados en muchos temas, como lo son la educación, la salud y sobre todo las libertades. Seguramente en un tiempo no muy lejano China será la economía número uno del mundo, ¿a que precio para su gente? 

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