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Hernán Peláez Restrepo
09 de abril de 2014 - 02:38 a. m.

Cada vez estoy por creer que en el fútbol, uno más uno no necesariamente son dos.

Para tal efecto baso la afirmación en el caso del jugador Sherman Cárdenas de Nacional. Desde que jugaba en Júnior se le apreciaban condiciones de buen jugador, con suficiente criterio para organizar juego y sorprender rivales por sus giros y movilidad. Pero, y a esto viene la historia, en el mismo Nacional, y ya le había ocurrido con Giovanni Hernández en Barranquilla, pierde trascendencia para el juego.

Si le corresponde alternar con otro jugador creativo, como cuando estaba Macnelly Torres en Nacional y jugaban al tiempo los dos, Sherman se perdía. Ahora, cuando está con Edwin Cardona, le ocurre lo mismo. Sólo cuando la responsabilidad se le da a el solo funciona, como se vio ante Júnior en la ultima jornada del torneo local. No es nada grave ni amerita critica como tal. Sin embargo, no deja de ser curioso su caso, ni único.

También en Millonarios la pareja Máyer Candelo y Ómar Vásquez, actuando al mismo tiempo, termina dándole importancia a uno solo. Debería ser diferente. Unir a dos jugadores con talento y sentido de creación, era para esperar un mayor volumen de juego efectivo para beneficio de los pocos delanteros Por eso insisto que en matemáticas uno más uno son dos... pero en fútbol, no siempre.

Hablando de Millos y Nacional, los dos están camino a convertirse en favoritos de las finales, porque con lo que juegan es suficiente para superar ampliamente a los otros, aunque Santa Fe, después de definir su suerte en la Copa Libertadores esta semana, puede dedicarse de lleno al asunto. Para ello tendrá que invertir todo lo que queda para superar el escollo en Asunción o perderlo y dedicarse al fútbol de entre casa.

Asistí a la conferencia de Jorge Valdano titulada “Los once poderes del líder”, gracias a gentil invitación del Banco de Occidente. Me resultó refrescante, interesante y demostrativa en el sentido de ser el fútbol una actividad importante en la vida del ser humano. No solamente es un juego, una entretención, un negocio que maneja cifras siderales, sino una vivencia que puede aplicarse en cualquier actividad.

El líder debe ser creíble, tener pasión por lo que hace, ser curioso, simple, humilde, disponer de talento para saber aplicarlo, trabajar en equipo, mantener un estilo, manejar la palabra, la comunicación y ante todo aprender a manejar el éxito. Todas esas condiciones debe reunir un líder. Pasaron 28 años desde que Valdano abandonó el plan de jugador y después de recorrer todos los camino adyacentes al fútbol, saca hoy conclusiones que certifican la importancia de este deporte en la vida. Por no decir que el fútbol es vida...

 

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