Dos cartas de los lectores

Cartas de los lectores
21 de julio de 2017 - 02:00 a. m.

Respeto para todos

Recuerdo como si fuera ayer enseñanzas y recomendaciones centrales de los maestros de mi niñez y juventud, que todos al unísono nos decían en las clases, que eran de una seriedad y de una paz muy concomitante con el respeto al otro, que no nos debíamos burlar ni ofender de palabra o de obra a ningún ser humano; que debíamos cuidar la lengua y no decir palabras soeces a los otros ni utilizarlas en las exclamaciones de sorpresa o de susto. Son solo dos botones de muestra del talante de la urbanidad del maestro Carreño, difundida por todos ellos. Hoy en el cuarto de reblujos.

Por eso uno no acepta hoy en día (ya me acerco a 68 septiembres) programas y estilos ridiculizantes, sea de radio, televisión o de youtubers que se la pasan pensando en cómo agriarle la vida a los que tienen focalizados para hacérsela invivible. No respetan al presidente ni a expresidentes. Se burlan de todos y de todo en una forma tal que ya los visualiza uno como que cada vez más se van enfermando del alma. El ludibrío es carta de presentación en esa farándula. Ni se diga de algunos columnistas, atentos a despotricar y maltratar; llegando al colmo de titular con las palabras groseras. No respetan a los lectores.

El libre desarrollo de la personalidad y la libertad de expresión no son para hacer sandeces ni irreverencias bestiales contra otros seres humanos. Hay que recuperar velozmente las instrucciones de los maestros del ayer, que en el fondo significan tratarnos con respeto y consideración. Peleas duras con el verbo y burlas acribillantes y dañinas contra nuestros semejantes es propio de espíritus maleducados.Hay que cultivar la dignidad y categorìa mental.

Rogelio Vallejo Obando.

¿Un 20 de julio en paz?

Hubiera querido ver un 20 de julio que celebrara la paz.

Hubiera querido un 20 de julio con el país volcado en las calles celebrando majestuosos desfiles de militares sin armas.

Hubiera soñado con un 20 de julio donde mi hija de 13 años hubiera podido entender la trascendencia del desarme y tener la ilusión de un país con un futuro en paz.

Pero no. El 20 de julio seguirá haciendo alarde a la guerra y al poder de las armas como si éstas fueran el único símbolo de valentía y honor de nuestros militares.

Mi hija de 13 años no vio ningún desfile, ninguna celebracion el día del desarme. Y tristemente entenderá que su país continua celebrando la guerra y no la paz.

Inés Elvira Restrepo.

Envíe sus cartas a lector@elespectador.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar