Publicidad

A devolverle el prestigio a la construcción de memoria

07 de octubre de 2022 - 05:00 a. m.
María Valencia Gaitán fue la seleccionada para enderezar los despropósitos en el CNMH.
María Valencia Gaitán fue la seleccionada para enderezar los despropósitos en el CNMH.
Foto: Oscar Perez

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) es una institución con su legitimidad en llamas. La dirección de Darío Acevedo Carmona, nombrado por el entonces presidente Iván Duque, marcó cuatro años de escándalos, peleas con sectores de víctimas, desconfianza, renuncias y sospechas de censura ideológica. Después de haber sido una entidad reconocida a escala mundial por su trabajo en la reconstrucción de la memoria histórica, hoy el CNMH ha perdido respeto, influencia y ni siquiera ha podido terminar su proyecto estrella: el Museo de la Memoria. Por todo eso era tan importante saber a quién iba a nombrar el presidente Gustavo Petro para liderar la entidad.

María Valencia Gaitán fue la seleccionada para enderezar ese despropósito. Como nieta de Jorge Eliécer Gaitán, Valencia llega en calidad de víctima del conflicto a intentar devolverle su poder simbólico al CNMH. Lo propio dijo el presidente Petro al nombrarla: “Creo que es una persona adecuada como víctima que es quizás del proceso inicial de la violencia que nos tiene aquí reunidos y, también, por sus dotes académicas para conducir ese Centro Nacional de la Memoria, los procesos de memoria histórica, lo que significa en el fondo la verdad dentro de un conflicto”.

Son dos tipos distintos de retos los que enfrentará Valencia Gaitán. Por un lado, tendrá que demostrar que su poca experiencia en procesos de construcción de memoria no es un problema para dirigir el Centro. La arquitecta, que fue secretaria de Hábitat durante la alcaldía de Petro en Bogotá, despierta ciertas inseguridades entre los expertos de la memoria en el país, pero esto se puede solventar con una administración transparente y, ante todo, dándoles voz a las personas adecuadas dentro del Centro.

El otro reto es el desastre administrativo y de reputación que enfrenta el CNMH. Durante la dirección de Acevedo, renunciaron figuras importantísimas de la memoria en el país, creando una crisis de recursos humanos que no se ha solventado. Además, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ha emitido varias medidas cautelares contra decisiones del Centro. Eso pasa por el guion del Museo de la Memoria que está en construcción y debería, si se hace bien el trabajo, ser un espacio para reconocer a todos los involucrados en el conflicto armado, sin censuras ni excepciones.

Quince días antes de dejar la dirección del CNMH, Acevedo aceptó la renuncia de todos los directivos de la entidad, lo que ha generado muchos problemas en el trabajo del Centro. Entonces, un primer acto que puede realizar Valencia para devolver la confianza es nombrar personas idóneas, reconociendo el daño que se ha hecho, y contarle al país cuál va a ser el plan para las labores que están por terminar en el CNMH.

La pregunta de fondo es si el Centro podrá retomar una legitimidad que lo aleje de la polarización política. En Colombia, la construcción de la verdad sigue siendo un campo de batalla con grandes luchas y pocos puntos de encuentro. ¿Podrá la nueva directora construir los puentes necesarios? Confiamos en que sí.

¿Está en desacuerdo con este editorial? Envíe su antieditorial de 500 palabras a elespectadoropinion@gmail.com.

Nota del director. Necesitamos de lectores como usted para seguir haciendo un periodismo independiente y de calidad. Considere adquirir una suscripción digital y apostémosle al poder de la palabra.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar