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Argentina, en la recta final

Gane quien gane, Macri o Scioli, ambos están más hacia la derecha o al centro de la actual presidenta. Y ese hecho traerá importantes cambios, no sólo en Argentina, sino a nivel regional

El Espectador
30 de octubre de 2015 - 02:33 a. m.
Aunque terminó tercero, el candidato de UNA, Sergio Massa (izquierda), es el fiel de la balanza para la segunda vuelta. Aquí bromea con el exministro de Economía Roberto Lavagna. / AFP PHOTO / EITAN ABRAMOVICH
Aunque terminó tercero, el candidato de UNA, Sergio Massa (izquierda), es el fiel de la balanza para la segunda vuelta. Aquí bromea con el exministro de Economía Roberto Lavagna. / AFP PHOTO / EITAN ABRAMOVICH

La gran sorpresa electoral del domingo en Argentina, donde, contra todos los pronósticos, el candidato opositor Mauricio Macri le pisó los talones al peronista oficialista Daniel Scioli, tiene a los dos candidatos finalistas cortejando a Sergio Massa, peronista como Scioli pero inclinado a un cambio luego de 12 años de kirchnerismo. Massa se convierte así en el fiel de la balanza de cara a la segunda vuelta. La pregunta obligada es: ¿hacia dónde la inclinará?

La gran perdedora, de momento, es la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La semana pasada, y según las encuestas, todo parecía definido a favor del oficialismo. Incluso se especulaba con un posible triunfo en primera vuelta. Pero la política es dinámica. El puntero obtuvo 36,8% de los votos. Macri quedó segundo con 34,3%. La otra gran sorpresa la dio Massa, quien al obtener 21,3% de los sufragios le mordió un buen número de votos a su correligionario Scioli. La lógica política indicaría que primero y tercero, peronistas, se unieran para derrotar al segundo. Sin embargo, Massa representa una línea abiertamente crítica del kirchnerismo.

Al momento de hacer el control de daños dentro del oficialismo se escucharon fuertes señalamientos a la presidenta, pues su hombre de confianza, Aníbal Fernández, fue impuesto como candidato para la Gobernación de la provincia de Buenos Aires, que aglutina una tercera parte de los electores del país. El triunfo de Fernández se daba por descontado, pues el peronismo no había perdido ese cargo desde el retorno a la democracia. Ese fue el segundo golpe demoledor. Una mujer joven y muy poco conocida, María Eugenia Vidal, macrista, logró alzarse con la Gobernación. La debacle no pudo hacer sido peor.

Con lo cual, Sergio Massa tiene el tablero a su disposición. El miércoles pasado, en una reunión de su movimiento, Unidad para una Nueva Alternativa (UNA), presentó un documento en el que plantea aspectos políticos esenciales, para que sea considerado por los dos finalistas en un debate televisivo que sostendrán el 15 de noviembre. El que se acerque a sus planteamientos será el “depositario” de sus más de cinco millones de votos. Un triunfo de Macri sería su apuesta ganadora para que UNA se convierta en el eje de la oposición dentro del peronismo, desplazando así al kirchnerismo y a Scioli de una sola tacada. De otro lado, según los analistas, podrá establecer acuerdos con quien triunfe, pues Scioli cuenta con 117 diputados electos, 12 menos que los que se necesitan para la mayoría absoluta, y la alianza que apoya a Macri logró 91. Es decir que necesariamente habrá que pactar en el Legislativo, sea cual fuere el resultado final.

La balanza, entonces, parecería inclinarse hacia el candidato opositor, Maurico Macri. Pero, una vez más, la política es dinámica y nada está definido. Falta conocer cómo saldrá el debate televisivo al cual Scioli se negó reiteradamente para la primera vuelta y ahora fue el primero en salir a solicitarlo. Y si el apoyo massista va al macrismo, tampoco está definido que sus seguidores vayan a apoyar a Macri. Un buen número puede seguir la disciplina peronista y votar por el candidato oficialista, así no sea de su preferencia. Otros preferirán abstenerse o votar en blanco para emitir un voto de castigo al oficialismo, pero no necesariamente apoyar a un candidato como Macri, a quien consideran muy a la derecha.

Las pocas semanas que quedan para el balotaje en el país austral van a ser muy intensas en negociaciones y definiciones. Gane quien gane, Macri o Scioli, ambos están más hacia la derecha o al centro de la actual presidenta. Y ese hecho traerá importantes cambios, no sólo en Argentina, sino a nivel regional.

 

 

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Por El Espectador

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