Lago de Tota: ¿de azul a verde?

Importantes declaraciones ha hecho el Ingeniero José Ricardo Rodríguez, director de Corpoboyacá, sobre el estado actual y las acciones necesarias para corregir el deterioro del lago de Tota (Boyacá).

El Espectador
20 de marzo de 2017 - 02:00 a. m.

A diferencia de anteriores ocasiones, en las cuales alertábamos sobre la necesidad de actuar frente a un posible colapso del lago azul de montaña, hoy el daño está constatado. Estudios de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) demuestran que los niveles de fósforo y nitrógeno sobrepasan ya los límites de manejo seguro como lago de aguas claras.

El fósforo proviene principalmente de la piscicultura, en especial en jaulas flotantes, tanto en el alimento como en las heces de los animales. Aquí corresponde a la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap) actuar de inmediato, no solo para hacer de obligatorio cumplimiento la tecnología que mitigaría este riesgo, sino para poner de una vez por todas limite a esta actividad.

Es conocido que la piscicultura de trucha, y en otras latitudes de salmón, no se debe hacer en jaulas flotantes dentro del cuerpo de los lagos. Aquí ya se ha generado un pasivo con la calidad del agua. Que tampoco conviene a los productores, pues tendrían que trasladar sus instalaciones hacia otras aguas. Tota podría posiblemente producir trucha, pero ciertamente no en la forma como se viene haciendo.

El segundo contaminante conocido es el nitrógeno, que proviene de las aguas servidas de los conglomerados urbanos, en especial Aquitania. Afortunadamente la Fundación Humedales ha instalado en un casco urbano menor un filtro verde, esto es, un humedal artificial que retiene los elementos indeseados en las aguas. Pero esto no es suficiente. No se explica que siendo vecinos de un lago tan importante y tan delicado, todavía no haya plantas de tratamiento. Es una omisión inaceptable. Deben el municipio y la autoridad ambiental actuar de inmediato.

También el uso de la gallinaza cruda como abono de la agricultura debe ser inmediatamente proscrito de la cuenca del lago. Falta acción efectiva, con indicadores en el agua, de parte del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).

Pocas veces habíamos tenido un diagnóstico tan claro sobre aquellos aspectos que en el corto plazo deben ser corregidos. Es posible que el lago esté ya transitando por la eutrofización, es decir, la sobrealimentación por los elementos mencionados, hacia un estado diferente, que en este caso sería un lago en donde predomina la vegetación flotante. Un lago verde ciertamente no es lo que busca el turista, el visitante. Hay que hacer todo lo posible para que Tota no siga esta senda de deterioro.

Son buenas noticias, entonces, lo anunciado la semana pasada por el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Murillo, quien, a través de su cuenta de Twitter dijo que se entregaron las estaciones de una red de monitoreo hidrometeorológico en el lago. Alivia conocer el compromiso del Gobierno con la protección ambiental, pero debe haber más medidas.

Declarar el lago sitio Ramsar, es decir, inscribirlo en la convención internacional que protege los humedales, por ejemplo, trazaría un objetivo claro hacia la sostenibilidad. Pero también es necesaria una agenda de control de impactos en los temas señalados. Que se cumpla el sueño de una Colombia sostenible.

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Por El Espectador

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