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Las formas son indispensables en una democracia

21 de abril de 2024 - 09:00 a. m.
Los Estados de opinión son atractivos para los caudillos, pero las formas democráticas son esenciales para evitar abusos.
Los Estados de opinión son atractivos para los caudillos, pero las formas democráticas son esenciales para evitar abusos.
Foto: Óscar Pérez

Mientras un sector del país sale hoy a marchar en protesta por la manera en que el presidente Gustavo Petro viene llevando a cabo su Presidencia, es inevitable pensar en su declaración hace apenas una semana sobre cómo las formas no son tan importantes como el contenido, para referirse a sus constantes referencias al “poder constituyente”. Aunque es probable que no habrá lugar a reflexiones en la Casa de Nariño, el presidente de los colombianos podrá ver hoy a las personas en las calles como el cumplimiento de su deseo: una nación que delibera de protesta en protesta, contando cabezas para buscar silenciar a la contraparte, mientras que los cambios que se necesitan se ven torpedeados en el Congreso. La idea simplista de una democracia donde lo que importa es lo que quiera la mayoría de personas será el legado desafortunado de estos cuatro años, en los que el primer gobierno de izquierda se mostró incapaz de gobernar respetando las formas, creadas para evitar abusos.

No sabemos cuántas personas saldrán a marchar hoy, pero podemos predecir, sin temor a grandes equivocaciones, cuáles serán las reacciones del mundo político. Habrá fotos comparando la afluencia con aquellas convocadas por el Gobierno y sus simpatizantes. Habrá señalamientos de manipulación de dichas imágenes. Habrá intentos de restarle importancia por parte del Pacto Histórico y afines. Influenciadores, algunos bajo contrato oficial, estigmatizarán a quienes salieron, con burlas poco disimuladas. Desde la otra orilla, la derecha política cobrará el triunfo, dirá que el “pueblo de verdad” salió a expresar su descontento contra el presidente. Y podríamos seguir, pero ese es el alcance de la democracia plebiscitaria como se ha venido planteando en la era Petro: el glorificado acto de contar cabezas para ver quién tiene la razón y el “verdadero” respaldo popular.

Esto es una lástima, porque, y esta es otra predicción poco temeraria, es probable que muchas de las personas que salgan a marchar lo hagan para manifestar su inconformidad con un mundo político así polarizado. Más que para hacer sentir su afinidad con un partido en particular, se toman las calles en rechazo al despelote, a la agresividad, a la improvisación, a las lógicas dañinas que se han tomado el debate público. Si vamos a mirar más el contenido que las formas, como pide el presidente de la República, habría qué preguntar cuántas de las personas que expresan su insatisfacción nos piden retomar las formas porque entienden su valor para una democracia que se defiende de los abusos.

Porque el problema con el “poder constituyente”, ese comodín que el mandatario invoca cada vez que sale a dar un discurso y reunirse con sus electores, es que pretende imponer la idea de que lo único que importa es lo que el pueblo quiere. Así se lo dijo, palabras más, palabras menos, a Noticias RCN hace una semana: “¿Cuál es el contenido? La decisión de un pueblo. Que un pueblo sepa que hemos llegado a un punto en el que es necesaria su intervención para que el país cambie”. Que el “pueblo” sea un concepto difícil de aterrizar y medir es parte del diseño de ese tipo de discursos, pues la idea es considerarse su intérprete para justificar la imposición de reformas a como dé lugar.

Los Estados de opinión son atractivos para los caudillos, pero las formas democráticas son esenciales para evitar abusos. Por ahí debería ir la reflexión nacional después de un día como hoy, pero la voluntad no parece estar.

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Helga66(40077)23 de abril de 2024 - 04:09 a. m.
Lo más antidemocratico es acudir a las manifestantes como expresión popular.
Pelagato(41805)22 de abril de 2024 - 03:29 p. m.
Es exactamente el mismo argumento del "estado de opinión" de Uribe. Los autócratas se parecen, sin importar en qué orilla se paren.
Magdalena(45338)22 de abril de 2024 - 02:21 a. m.
Tiene razón ese respeto por las formas por parte esa manada de corruptos , resultaron un completo éxito, pues se inventaron triquiñuelas (formas) para camuflar el desfalco al erario y a las instituciones, esto si es dignos de admiración por millones de los colombianos que los consideran muy vivos.
Javier(19361)21 de abril de 2024 - 11:58 p. m.
Muy interesante: antes “la patria”, hoy “el pueblo”
Pedro Juan Aristizábal Hoyos(86870)21 de abril de 2024 - 11:57 p. m.
El presidente no está abusando del poder ni está destruyendo la democracia. La vociferación es una forma, que aunque no guste a la oposición política y algunas veces nos preocupa a los que apoyamos a Petro, no lo descalifica como mandatario, máximo cuando está gobernando bien. "En Grecia los sofistas fortalecieron la democracia, en la Colombia de hoy el que fortalece la democracia es el ejecutivo". Gracias Petro
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