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Mario Laserna (1923-2013)

Ayer, uno de los gestores de la Universidad de los Andes, Mario Laserna, murió en la ciudad de Ibagué, tras sucesivos quebrantos de salud.

El Espectador
16 de julio de 2013 - 11:00 p. m.

Un espacio como este no es suficiente para destacar toda la trayectoria de un intelectual de semejante talla. El obvio legado que Laserna le deja a Colombia es ese claustro educativo, uno de los más reconocidos a nivel mundial.

Digamos de una vez que Laserna tuvo una educación integral, algo que, en muchos sentidos, se replica en la institución que ayudó a fundar: salido de su natal París, llegó a Bogotá para estudiar por un tiempo en el Instituto de La Salle; se trasladó luego a Nueva York, donde asistió a una escuela pública, y volvió finalmente a Bogotá bajo la batuta de su gran mentor, el profesor Nicolás Gómez Dávila, quien le avivó el interés por las matemáticas, al ser éstas un requisito previo para entender el mundo de la modernidad.

Así pudo manejar el derecho, estudiándolo en la Universidad del Rosario, pero complementándolo con estudios en matemáticas en la Universidad Nacional de Colombia. Luego fue a Nueva York, a la Universidad de Columbia, esto en gran parte por sacarle el cuerpo a la idea de ir a Harvard y repetir los patrones de la oligarquía colombiana, que cuestionaba en cada acto de su vida. Y allí, todo: estudios de física, de lógica matemática bajo la batuta de Ernst Nagel, de humanidades. Y así, de círculo filosófico a problema algebraico resuelto, iba Laserna viajando por toda Europa cuando, dice la leyenda, se le ocurrió en la campiña francesa fundar (o, por lo menos, promover) una universidad en Colombia. A Mario Laserna se le metió en la cabeza la idea de que las instituciones educativas deberían garantizar (como en Europa) la evolución de un país. Y volvió.

Podría pensarse con suspicacia que Laserna regresó para fundar una universidad privada para la élite bogotana. Pero su trayectoria como educador fue mucho más allá de esa simplificación burda de las cosas. No solamente porque la Universidad de los Andes, desde un inicio, quiso abrir sus puertas a todo tipo de origen social, sino porque él se convirtió, años después, en el rector de la Universidad Nacional de Colombia, donde hizo reformas desde 1959 hasta 1961, cargo al que fue llamado por Alberto Lleras. Allí Mario Laserna estableció los períodos académicos semestrales y fundó el sistema de departamentos y programas. Dio un profundo apoyo a las matemáticas como un motor importante de la formación académica, sobre todo en lo que tiene que ver con la ingeniería. Consiguió, por ejemplo, que el eminente doctor Peter Paul Konder viniera desde Alemania a dictar clase. Y que se quedara durante 15 años compartiendo e instruyendo sobre esta visión.

El 16 de noviembre de 1948, diez años antes, su sueño, una universidad privada laica, quedó construido bajo el nombre de Universidad de los Andes, contando para su creación con la ayuda de un Consejo Consultivo que encabezaban intelectuales de talla mayor en el mundo.

El Espectador lamenta la muerte de este intelectual que, como pocos, dedicó su vida entera al cultivo de la mente propia y la de los demás. Una vida como esta queda como ejemplo, como enseñanza de lo que se puede soñar para construir un país mejor.

Paz en su tumba.

Por El Espectador

 

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