Nicolás Maduro necesita un enemigo

El Espectador
22 de abril de 2017 - 02:00 a. m.
Colombia puede y necesita dar discusiones serias sobre el proceso de paz, pero no secuestradas por voces como la de Maduro y quienes decidan hacerle eco en el país.
Colombia puede y necesita dar discusiones serias sobre el proceso de paz, pero no secuestradas por voces como la de Maduro y quienes decidan hacerle eco en el país.

Era inevitable. Nicolás Maduro, en medio de la crisis de gobernabilidad que enfrenta, en un país hastiado por la corrupción y la incompetencia de los líderes políticos del chavismo que él heredó, está buscando desesperadamente cualquier salvavidas o distracción que aumente el apoyo entre su pueblo y le permita perpetuarse en el poder. Ahora que el presidente Juan Manuel Santos decidió condenar, como era debido, lo que ocurre en el país vecino, el mandatario venezolano busca desde el discurso sabotear el proceso de paz con las Farc.

Hay que decir, antes de entrar en el tema de las declaraciones de Maduro, que la posición de Colombia sí ha sido ambivalente de manera constante sobre Venezuela. Por eso, no dejó de sonar extraño que el presidente Santos dijera esta semana que “la Revolución bolivariana fracasó” y que ya se lo había hecho saber al fallecido Hugo Chávez hace unos años.

Desde estas páginas apoyamos en su momento el acercamiento a Venezuela al inicio de la administración Santos, pues la actitud hostil adoptada durante la presidencia de Álvaro Uribe estaba causando más problemas que soluciones para los colombianos. Además, entendimos que la presencia de Venezuela como país garante en el proceso de paz fue esencial para conseguir que las Farc se sentaran a conversar. Pero ese silencio contrasta con el repudio reciente y público del presidente Santos, que entonces suena oportunista. ¿Como acabó la negociación del proceso de paz, ya no hay que morderse la lengua?

Dicho eso, nada en la actitud de Santos justifica la actuación de Nicolás Maduro. El mandatario dijo que “Colombia es un Estado fallido”, que publicará todos los secretos que conoce sobre el proceso de paz y que en nuestro país “se está preparando una matanza contra las Farc”.

Las amenazas de sabotear el proceso de paz contando secretos no son preocupantes por el contenido de lo que salga a decir el mandatario venezolano, sino porque, sin duda, servirán de excusa para quienes en Colombia se han empecinado en tumbar a como dé lugar el acuerdo de La Habana. Ya hemos visto cómo las mentiras y la desinformación han primado en el posacuerdo y esto sólo es más leña para ese fuego.

También será importante ver lo que las palabras del mandatario venezolano generen dentro de las filas de las Farc. A nadie le conviene que se empiece a destruir la confianza de lado y lado. Hemos llegado ya muy lejos como para dar media vuelta hacia el pasado violento.

Colombia puede y necesita dar discusiones serias sobre el proceso de paz, los retos de implementarlo y sus numerosas imperfecciones. El tema, sin duda, será central en esta campaña electoral y no puede ser secuestrado por voces como la de Maduro y quienes decidan hacerle eco en el país, siempre pensando en su interés particular.

Ante un ataque directo a la estabilidad de Colombia, proponemos que la respuesta de los líderes políticos nacionales sea hacer oídos sordos a las provocaciones. Entre otras porque, si es verdad el consenso que parece haber entre todas las fuerzas políticas sobre la situación de Venezuela, responderle es darle una escapatoria a la realidad asfixiante de su país. Si Maduro encuentra con quién pelear en Colombia, se fortalece su poder en Venezuela. No permitamos que lo haga a costa de nuestro futuro como país.

 

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Por El Espectador

 

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