Pavimentar antes que investigar

Si hay una subejecución de los recursos de educación por parte de las entidades territoriales, lo que hay que entrar a mirar es por qué y no cambiarles el propósito.

El Espectador
21 de febrero de 2017 - 09:00 p. m.

El presidente Juan Manuel Santos hizo una extraña invitación el sábado último a los mandatarios de las entidades territoriales: descongelar los recursos, inicialmente presupuestados para apoyar proyectos de ciencia y tecnología, y destinarlos para la construcción de vías terciarias. Ese mensaje, unido a los retrasos en los pagos a los beneficiarios de Ser Pilo Paga, despierta serias dudas sobre la prioridad de volver a Colombia la más educada de América Latina.

Durante su intervención en la 87ª Cumbre de Gobernadores, el primer mandatario dijo que el Congreso de la República debería autorizar por una sola vez “descongelar una parte importante de las regalías y dedicarlas todas a vías terciarias, que es lo que el pueblo está pidiendo”. Indicó que, como “el cajón de las regalías tiene unos recursos sin ejecutar, cercanos al billón y medio de pesos”, “podemos, si hacemos un esfuerzo, construir más de 3.000 kilómetros de vías terciarias de aquí a agosto del año 2018”.

No vamos a demeritar la importancia de las vías terciarias, y menos en aquellas regiones que en el escenario de posconflicto dependen de ellas para su desarrollo, pero sí ponemos en duda esa tajante afirmación de que sea “lo que el pueblo está pidiendo”, cuando tantas familias se enfrentan a un sistema educativo que es fuente de desigualdad y atraso.

Como bien lo explica el Consejo Académico de la Universidad Nacional en una carta al presidente, “no es apropiado ni deseable tratar de solucionar los problemas de infraestructura vial del país con los recursos destinados a resolver necesidades apremiantes que tiene Colombia en el contexto de paz, equidad y educación. Se necesita poner la ciencia, la tecnología y la innovación en el primer plano, si se desea consolidar la iniciativa de Colombia la más educada”.

Si hay una subejecución de los recursos por parte de las entidades territoriales, lo que hay que entrar a mirar es por qué, si las condiciones de investigación son precarias, no estamos destinando ese dinero a mejorar esa situación. No, como lo propone el presidente, cambiarle el propósito e ignorar el problema de fondo.

En el fondo, esta propuesta evidencia que se prefiere una noción cortoplacista del desarrollo (la construcción de infraestructura) a una de largo plazo, y más difícil de cuantificar, pero que permite la construcción de un país capaz de adaptarse a los cambios constantes del mundo (la inversión en la investigación científica y el desarrollo tecnológico). E indica que el sueño de ser uno de los países más educados de América Latina puede quedarse más en el discurso que en el compromiso real de enfocarse en cumplir esa meta.

No es simple coincidencia que este anuncio llegue al tiempo con los retrasos en los desembolsos del programa insignia del Gobierno, Ser Pilo Paga. Esta semana, el Icetex anunció que a mediados de marzo se pagarán en su totalidad los subsidios de sostenimiento, pero hay denuncias de estudiantes que están pasando hambre por culpa de los retrasos. El Icetex explicó que el desfase se debió a una confusión con el Minhacienda sobre el cronograma de pagos, pero en cualquier caso la situación ha mostrado el problema con los programas que dependen de los subsidios: cuando hay algún fallo en el flujo de recursos, el sistema causa daños y sufren los estudiantes.

Aunque son dos casos distintos, ambos son síntomas de un sistema educativo que está lleno de promesas, pero carente de soluciones a los problemas estructurales.

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Por El Espectador

 

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